Capítulo II - Algo está surgiendo.

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CAPÍTULO II – Algo está surgiendo.

Las clases habían pasado volando entre deberes y bromas dirigidas a mi, por supuesto. Las animadoras me habían declarado la guerra por el simple hecho de que ahora su capitana, Sheyla, tenía el pelo más verde que la pradera del fondo de pantalla de Windows. Pero a ver, ¿qué pintaba yo en todo esto? Si mientras a ella le cambiaban el look yo estaba tomando café. En fin, la cosa era que ahora tenía que ir con mil ojos porque según había escuchado en los cuartos de baños tenían planeado algo muy grande.

Ahora estaba esperando a que la reunión del periódico empezara. Yo me encargaba del consultorio, solo que nadie lo sabía a excepción de mis compañeros. Todos los días recibía cartas de muchas personas pidiendo consejo o simplemente buscando a alguien para desahogarse, y bajo mi pseudónimo, Spring, yo me encargaba de ayudarles. Me resultaba irónico que personas como Sheyla pidieran ayuda, es más, sabía cosas que podían hundir su reputación pero soy tan buena persona que no digo nada.

-Bien, escuchadme.- Mark hablo.- Dentro de dos meses va a ser el baile de primavera y quiero una amplia cobertura del evento.- miró hacia las dos chicas que se encargaban de la sección de cotilleos.- Joder ¡¡¡quiero saberlo todo!!! hasta la ropa interior que llevará Sheyla o si su vestido combinará con su nuevo color de pelo.- todos reímos y muchos me lanzaron miradas divertidas.

-Summer, seguramente muchas chicas te escribirán desesperadas porque no tienen pareja.- asentí.- Pues ya sabes que tienes que hacer.

Mark continuó dando algunas indicaciones mientras yo comenzaba a abrir algunas cartas que había recibido esa misma mañana. Me gustaba adelantar el trabajo porque así cuando llegaba a casa podía o bien ponerme a estudiar, o bien jugar con los pequeños.

-Eso es todo.- se despidió mi compañero.- Podéis iros todos.

Uno por uno fuimos desfilando hasta el aparcamiento, donde solo quedaban un par de coches. Abrí el maletero y dejé todos los libros junto con el ordenador, luego subí al lugar del conductor e intenté arrancar. El coche hizo un ruido lastimero y quedó completamente muerto.

-Maldición.- dije golpeando el volante.- Pero si es nuevo.

Bajé y abrí el capó, tal vez mis escasos conocimientos en mecánica pudiesen arreglar lo que le pasase a mi pequeño. Lo que encontré en el interior no fue nada agradable, pues estaba lleno de una sustancia gelatinosa y una nota que decía: “SORPRESA”; e incluía un enorme corazón rojo.

-Maldita seas, Sheyla.

-¿Ocurre algo?- me giré como un rayo y vi a Dylan.

-Como si no lo supieses.- espeté de mala ostia.

-Eh, relájate.- le miré con furia.- A ver, déjame ver.

Me aparaté del coche y él se puso a inspeccionar el motor, pringándose con esa cosa todas las manos y parte de la ropa. Para mi desgracia, en cuanto soltó un suspiro supe lo que me iba a decir.

-Te acabas de quedar sin motor.- dijo mientras se limpiaba las manos en su camiseta.- Sea lo que sea eso te a quemado todo el interior del motor.

Amor de Contraportada [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora