Capitulo 8

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-¿Qué?¿Cómo…? mejor ni me lo digas-¿Cómo se le había olvidado que su madre venia a visitarnos? Quise preguntar, pero seria estu.pido ya que yo misma había perdido la noción del tiempo con sus caricias.

...

El se separó de mi y yo me coloque sobre la mesa, de nuevo se acerco a mi y me robo un beso.

-Vístete rápido-Dijo dejando en mis pies mis prendas-Te amo, no lo olvides-

-Yo también-Dije cuando el caminaba hacia la puerta de espaldas, de pronto al oírme se detuvo y me miró, yo solo sonreí.

-Voy a entretener a tu querida suegra-

-Que amor por tu madre-

-Ya vez, no tanto como a ti-Dijo picándome un ojo y luego alejándose.

Me puse el sujetador y luego comencé a abrocharme la blusa, me giré para estar mas segura de que si alguien entrara nada me viera, y fue cuando pude ver como había quedado la penosa cocina. Cuando termine con la camisa comencé a recoger lo que pude y colocarlo sobre la mesa, podría decir que intentaba hacer una receta imposible si Sam entraba a la cocina, pensé mientras miraba que incluso harina estaba esparcida por el suelo, pero cuando descubrí que el cristal estallado era nada más y nada menos que el bote de mermelada, me mordí el labio por el fuego que recorría mi cuerpo y mirando que nadie viniese metí un dedo en la mermelada y me lo lleve a la boca. Estaba sabrosa, era como pipas, si comía no podía parar. Entonces volví a meter en el dedo en lo que quedaba del tarro, pero antes de que me lo llevase a la boca, el apareció como un ángel, como un sueño y saboreo mi dedo con descaro.

-Mi madre tiene sed y no podía dejarla venir-

-¿Por eso me lames el dedo?-Pregunte sacudiéndome la harina de las manos mientras el me daba la espalda y buscaba agua en la nevera.

-Valla mujer que tengo, la egoísta que no comparte con su marido ni un poco de mermelada-

-¿Perdona?-Dije cruzándome de brazos el se dio la vuelta con el vaso y ya la jarra en la mano, se acercó a mi y beso mi frente.

-Te quiero-

-Si claro-Dije sin mirarle.

-¿Te enfadaste?-

Negué sin mirarlo.

-Dios, por esto me case contigo, es como ser joven tenga la edad que tenga-

-¿Me estas llamando niña?-Dije como si no lo fuera.

El se acerco besando mis labios a los que no me pude negar.

-La niña de mis ojos, solo mía, siempre ha sido mia y siempre lo será… mi amor-Dijo con dulzura luego se esfumó de la cocina…

…Era las palabras más hermosas que me habían dicho algún chico…

Ten cuidado con lo que deseas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora