Mi número diez. Mundial Rusia 2018 | Leonel Messi y tú | Fanfiction

Gol I

*foto descriptiva; Vanesa*

.:.Gol I

  —¿¡Es en serio!?—no exagero cuando digo que me temblaban las piernas como una gelatina.

  —¿V-vos me.. me estas jodiendo, no? 

No. 

No, no. Que no sea broma, que no sea broma. Que alguien me pellizque. plis. 

Se me estaba tambaleando el celular de las manos, pero lo mantuve bien firme para escuchar la voz del otro lado

—¡Si, ganamos! ¡Nos vamos a Rusia!—Mi amiga me gritó desde el otro lado de la línea telefónica y ambas pegamos un grito de emoción o más bien de terror, que seguramente hoyo todo el edificio y me denunciaran por loca—¡Mas te vale que avises ya en tu trabajo y te den las malditas vacaciones, porque en una semana nos vamos!

—No lo puedo... P-pero.. sigo sin entender, ¿¡Cómo es que ganaste!? ¡Joder Dyna!, ¡no puedo quererte tanto!—Hablen-me de tener una amiga como esta señores, ¿que persona conocen que ganó un concurso como éste y los haya invitado a ir como acompañante? oh yisus, creo que tengo el cielo ganado, esto si es la gloria.

—¿¡Porque te pensas que hice tanto spam y gasté como ochenta dolares de llamada a la radio!?—Rió y yo quise imitarla, pero ¿hasta los dientes me temblaban?—Escucha, nos vemos en la noche y organizamos todo en tu departamento, ¿dale? es que tengo que cortar, si sigo así me van a echar y tampoco quiero que se enteren pero ¡Ahhhhhh!..

Me caían lagrimas ¿de risa? no lo sé. 

—¡Si! No te hagas problema—Dije tras una pausa shockeante, no son noticias de las que una se entera todos los días—¿Pizza?

—Obvio, te amo.

—¡Yo más!—Grité antes de colgar. 

Esto no puede ser tan real. 

Creo que ni me presente, pero no me importa. Lo único que procesa mi cerebro en estos momentos es; Rusia, mundial, Rusia, fútbol, mundial, altar a mi amiga, fútbol.. ¡amo! Soy fanática del fútbol, algo inusual en mi familia, soy como el "bichito raro". De chica como a los diez años comencé a jugar juegos de fútbol, a jugar a la pelota, a interesarme por los partidos cuando en mi casa lo único que se permitía ver era "La rosa de Guadalupe" o novelas mexicanas,pero nada de nada de fútbol, menos si la que lo veía era yo, "la nena". Creo que con eso me explique mas o menos bien. 

Mi papá puede que algo de fútbol veía, cada cuatro años, y solo por ser el mundial, pero al ser tres hijas mujeres criadas bajo la norma básica de mi madre de "a las nueve de la noche se ve bety la fea", mi papá termino convirtiéndose en uno más, literal. Y no importaba si ya era la octava vez que pasaban la misma novela en la tele, había que llorar por todos los finales repetidos e iguales con esa poca originalidad de que la fea se convierte en linda y el amor imposible termina siendo lo más común, que terminan casándose y teniendo como ocho hijos en una mansión. Que originales. 

Para mi suerte, el sufrimiento duró hasta que cumplí los veintiuno, hace un par de meses, y al mantenerme de manera estable en mi trabajo, ya hace un año y medio, pude mudarme sola. Aunque no voy a mentirles, no fue fácil. Para nada. La primera de las tres hijas que se va de la casa, y para peor, la menor. Agh. 

Todavía estoy por la fase de evitar mandarlos a pasear, ¿es posible que no tengan otra cosa que hacer que estar llamándome cada media hora?. Y cuando se enteren de lo de hoy..

Abrí las ventanas y dejé que el sol entre después de dos semanas vivir en una cueva, una especie de temporal se había estacionado sobre el cielo de la ciudad de Buenos Aires y lo único que se veían eran nubes grises, granizo, lluvia, y más lluvia. Me vestí rápidamente y ojee el reloj; las diez. ¡mierda!

Tomé los auriculares y una barra de cereal para matar la ansiedad en camino al trabajo, tenía que prepararme patológicamente para lo que pudieran decirme tras la gran noticia. 

 Tras media hora, mas o menos, llegué y respiré después de haber subido a pie ocho pisos de escalera. ¿Incentivo para mantener en forma a los empleados? ¿O ser rata y no querer arreglar el ascensor?. Lo averiguaremos en el próximo capítulo. ja.

—¿Nunca te cansas de ser tan des-prolija?—Creo que todos podemos ponernos de acuerdo en que en todo trabajo existe esa persona tóxica e imbécil que lo único que hace es disfrutar riéndose de los demás. Odio a este ente. Si, ni siquiera merece que la llame persona.  

  —Buen día para ti también—Respondí de manera seca y continúe mi recorrido hasta mi escritorio. Cuando me senté y vi la cantidad de escritos que tenía para completar, me replantee la idea de tirarme del edificio, y si, digo replantee porque lo hago todos los días. 

   Estuve como cuatro horas, sin despegar los ojos de la computadora, trascribiendo y completando formularios. ¡Había superado el no comer tras dos horas sin ingerir nada! Milagro. 

Terminé temprano y aproveché para poder contactarme con mi jefa. Revisé mi WhatsApp mientras esperaba y un mensaje de Dyna hizo que mi estomago se revuelva y la emoción se instaure nuevamente. La foto. Pasajes. Entradas. Estadios. ¡Dios!

  —Vanesa, Fernanda esta esperándote en su despecho, dice que entres. 

Mierda.

Entré y traté de ser lo más natural y sincera posible. Sé que no es normal y no es cosa que le suceda a la gente todos los días, pero supongo que se alegrará por mí, ¿no?. Sólo son cuatro semanas.. setecientas treinta horas... cuarenta y tres mil minutos... No es mucho, ¿o no?

  —Me temo que si te vas por ese tiempo, voy a tener que darle el puesto a alguien más. 

QUÉ 

  —P-pero.. puedo llevarme la computadora, y si quiere me envía todos los arc..

—Vinwell—Fuck, ya nombró mi apellido —Somos una compañía de seguros seria y presencial—Me interrumpió y mi cara se volvió blanca—Así que vas a tener que tomar una decisión, y apenas lo hagas me avisas—Se paró de su gran escritorio moderno, sin darle importancia a lo que le había dicho—Así abrimos bacantes o no. Que tengas buen día—Y me dejó ahí sentada, mirando a la nada, pensando en como fui tan ¡IDIOTA, NO PODRÍA HABER INVENTADO ALGO MEJOR Y NO IR CON LA VERDAD COMO SIEMPRE! 

Es que soy idiota, me recibo de idiota. ¡Claro que me va a decir que no! ¡Si le dices que te vas al mundial, pendeja!        

¿Vieron como su día puede empezar de la mejor manera y terminarlo, casi, despedidos de su único empleo? 

Bienvenidos a la historia triste y deprimente de mi vida.