Cuando llegué al colegio estaba Jason leyendo desesperadamente sus apuntes para el oral, no se sabía nada. En cuanto me vio, vino corriendo hacia mí. Me agarró de los hombros y me empezó a gritar:

-¡¿Terminaste la maqueta del modelo de mosaico fluido?! Decime que sí, por favor.

-¿Disculpame? No voy a hacer tu trabajo, lástima por vos. Tenés bastante tiempo para terminarla.

-Sí, pero no creo que alcance solo. Encima no terminé de estudiar, ayer casi ni tuve tiempo -porque te indictereabas con tu noviecita, claro -y me fui a dormir tarde y así no sabía nada. Tenés que ayudarme.

-Ah, bueno, pero en los recreos. Tenés hasta después del mediodía.

-¡Gracias! ¿Qué hacemos con la maqueta?

-La terminamos al mediodía que tenemos mucho tiempo -dije suspirando, estaba cansada.

-Bien. Gracias, Wolff -dijo sonriéndo de la emoción mientras seguía sus estudios. Rodé los ojos y empecé a sacar mis cosas para las materias.

Ya al medio día, después de terminar mi clase eterna de inglés, Jason se me acercó.

-Eu, ¿comés en mi mesa con los chicos para terminar la maqueta? Traete a tus amiguitas si querés, pero que no hablen. Ni vos tampoco.

-Mis "amiguitas" por más que les pague no van a comer con ustedes, ni yo tampoco. Perdón, pero hoy como en mi casa.

-Uh... y, de casualidad... ¿no puedo ir?

-Vine con la bicicleta.

-¿Y?

-Que no la puedo dejar acá, la última vez que la dejé me la robaron, y no me quiero arriesgar de nuevo.

-Uh, bueno, ahora en el estacionamiento arreglamos.

Una vez ya abajo en el estacionamiento, empezamos a decidir quién iba en la bicicleta.

-Bueno, yo voy corriendo y vos en la bicicleta. Después te alcanzo, andá así llegas rápido -dijo con mucha inocencia. Aw, ¿de verdad correría?

-No, ¿estás loco? Tiene que haber otra forma de que lleguemos iguales -ambos nos pusimos a pensar, y en el medio de nuestros pensamientos, Jason chasqueó sus dedos.

-Ya sé, hagamos lo del otro día. Ya sabés, lo de que yo manejo y vos te sentás. -Creo que me estaba por morir de un paro cardíaco.

-Bueno, si vos decís...

Me senté en el asiento de la bicicleta y mantuve el equilibrio lo más que pude.

-Tranquila, no te pongas nerviosa que sino nos caemos -me susurró suavemente. Asentí con la cabeza, y observaba detalladamente cómo se subía a la bicicleta, intentando de que ninguno de los dos nos cayeramos.

Una vez en la bicicleta, los dos nos mantuvimos en silencio hasta que Jason se rió bajito.

-¿Qué pasa? -pregunté

-¿Qué? Ah, nada.

-Uh, ¿creés de verdad que voy a decir algo después de lo que pasó?

-No, no, no es eso. Es que... no sé.

-Uy, dale.

-Bueno, bueno. Que... ay, Dios -se empezó a reír como un estúpido -que anoche no pude estudiar porque... no me vas a creer. Vas a pensar que soy un imbécil.

-Dale, ¡decílo! -insistí, ya estaba harta.

-Porque no paré de pensar en vos y Nate. Ya lo dije, por favor no me tires de la bicicleta -las palabras salieron rápidamente de su boca que apenas le pude entender. Yo estaba totalmente en shock, ¿qué le pasaba?

Within Hate (Español)Where stories live. Discover now