Escritos...

"No hubo letras para ti"

       Empecé a reescribirme, pero esta vez no hubo letras para ti. Cada día habían nuevos y extensos capítulos por escribir, y ya no tenían como tema tu nombre, e increíblemente, se sentía muy bien. Se sentía tan bien que ansiaba que llegara el siguiente día para seguir envolviéndome entre nuevas letras, letras que no me enredaban, como antes solían hacer.

       Tú eras mi tema predilecto, en el que descargaba incansables escritos, y de pronto, un gran día, no fuiste el tema. No lo decidí, no lo vi venir, pero lo cierto es que ya me dolías demasiado, y quizá, solo tal vez, mi corazón se cansó. Tiempo después mi alma ya no estaba dividida en dos, estaba en plan de reconstrucción, y los recuerdos, aunque no se borraban, ya no eran como antes que lograban traspasar mi ser de manera tal, que un profundo dolor indescriptible se hacía presente, intensificándose a mil por minuto, al contrario, ese dolor cesaba.

       Reescribirme se sentía como una segunda oportunidad, una oportunidad de ser feliz, de que el avivamiento que, antes de ti tenía, volviera a reflejarse en mi rostro. Una oportunidad de ser yo, sin ataduras, ni tabúes, solo yo, conservando mi esencia, esa que tanto me pidieron nunca cambiar. Hacía tanto no me sentía tan plena, que, ni siquiera percibí la idea de buscarte, porque sencillamente esa idea no se formó desde aquel día que... no hubo letras para ti.