Capitulo 1

24 0 0
                                    

¡NO QUIERO IR AL COLEGIO NUNCA MAS EN LA VIDA, NI JAMAS DE LOS JAMASES!

 Voy a llorar a moco tendido, hasta que se inunde mi casa, la calle, la ciudad, el mundo, el universo como Alicia en el país de las maravillas

Lo dije y espero no volverlo a repetir jamás: me niego rotundamente a ir al nuevo colegio. Pero mama sigue sorda. Me lo pide de rodillas, bueno, casi-casi.

-Por favoooor, Aleee (me llamo Alessandra, pero ella, que me me puso ese nombre sin preguntarme, insiste en alargar las vocales especialmente la e) es un buen colegio, el mejooor de la ciudad (mi mama habla así, en serio, tiene cierta obsesión por repetir las vocales cuando pide algo).

Entonces se mete el señor al que debo llamar papá, que no es mi papá, es decir, no es responsable de los espermatozoides que lucharon en carrera para fecundar el óvulo, pero debo llamarlo así porque es el que mantiene la casa, esta casado con mi mamá y todo eso.

-Debes ir, Alessandra, es un colegio carísimo, pagué una fortuna.

Inquietud, mi morrocoy con cara de abuelo, ladra --es que casi ladra, porque lo aprendió del perro de la vecina --. Está aprobado la posición de los adultos el muy traicionero, sin tomar en cuenta que lo trato como mi hermano. Pero no me importan sus argumentos. No quiero ir al colegio nuevo y cundo digo que no es:

- ¡Nooooooooooooooooo! (Me copio de mi mamá en lo de repetir vocales, por algo somos familia).

Y empiezo a quebrar los jarrones de la sala, a patear puerta, a sacar la tierra de las macetas y a regarla por el piso, a tirar puños al aire, a llorar y llorar y llorar, y a decir de esas groserías que hacen enrojecer a todos los padres y representantes, más a la mía que está un poquito pasada de moda, y es de esas que aún no se atreven a llamar a la totona con su nombre científico de vagina, sino que insiste en disimular su existencia denominándola <<parte íntima femenina>>. Mis groserías significarán, lo se, una semana sin televisión.

Mis berrinches aprendidos parecen no servir de nada esta vez. De todas maneras (llore, llueva o relampaguee) tendré que asistir el primero de octubre al colegio nuevo. A fin de cuentas, los papás siempre salen ganando cuando deciden qué es lo que van a hacer con uno en la vida.

Me muero de la angustia. En este momento quisiera no haber nacido. pero mi mamá cree que es mi obligación moral, psicológica y económica. Además, no puedo decir la verdad. Y es que yo tengo una razón verdaderamente importante para no entrar en ese colegio. Ta ta ta taaannn...

Secreto número 1:

La razón tiene un nombre: Eleonora Capannelli, mejor conocida en mi edificio como La Nena, mejor conocida en el mundo de los varones como << la chama más bella jamás vista en la Humanidad >>. 

Y es por culpa de Eleonora Capannelli que no quiero acercarme ni por todos los chocolates rellenos con naranja del universo a ese colegio. Porque Eleonora Capannelli estudia precisamente ahi y es la niña mas popular también en ese sitio, como lo es en mi edificio, en la calle Sucre y en la plaza de Chacao.

La Nena es bonita, muy bonita, demasiado bonita, demasiadísimo bonita. Todos los niños del planeta Tierra y sus alrededores están perdidamente enamorados de La Nena. O por lo menos eso lo dice todo el tiempo ella, mientras se mira en el pequeño espejito que no suelta y se sacude el pelo negro, liso, brillante. Y exhibe sus franelitas chiquiticas que le permiten mostrar el ombligo, la cintura, las caderas y presumir que ya a los 12 años le salieron tetas. Y La Nena es alta y su mamá le deja ponerse zapatos con tacones que la hacen ver todavía más alta y le deja también pintarse la boca. Y la nariz de La Nena es pequeña como un punto y parece dibujada con un lápiz finito, además La Nena me contó que ha tenido tres novios, uno a los 9, uno a los 10 y uno a los 11 años y los tres eran mas grandes que ella.

Yo no soy como La Nena. Y es bueno establecer prioridades organizadamente las diferencias para que nadie se confunda: 

1. No he tenido tres novios. 

1.1. Ni siquiera he tenido uno. 

2. No tengo el pelo largo, ni me pinto, ni me pongo tacones, ni uso franelillas  cortas, ni muestro el ombligo y mucho menos la cintura y las caderas porque no tengo (soy flaca como un paleta de helado).

2.1. Quiero vestirme así, pero mi mamá no me deja. Los tacones no puedo usarlos por mis pies planos, la pintura por piel reseca, las camisas cortas porque me resfrío.

3. Soy chiquita como una niñita de primer grado y no tengo ni la promesa, ni la intención, ni la apariencia de que alguna vez me saldrán tetas (bueno, senos, como se dice formalmente).

3.1. Es decir, soy plana, plana, plana, como una pared plana.

4. Mi nariz es la mas grande, descomunal, insólita del globo terráqueo, la vía láctea y las galaxias cercanas. Me lo dijo un día La Nena: <<Alessandra es fea, horrible, horrorosa, monstruosa, deforme porque tiene una nariz descomunal, gigantesca, kilométrica>>, y lo dijo en plena plaza de Chacao, exactamente en medio del sitio donde todos los varones que conozco jugaban fútbol.

4.1. Mi mamá tiene otra opinión acerca de mi nariz y destaca que sólo es <<un reflejo de mi inteligencia>>. Si eso fuese cierto, hubiese querido ser un poquito menos inteligente. Al menos eso creo ahora, pero no es igual si me ponen frente a un examen de matemáticas.

La Nena siempre me recuerda que con una nariz como la mía jamás voy hacer feliz porque ningún varón se va a fijar en mi. Dice que tampoco voy a poder ser actriz, que es una de las cosas que me gustaría ser.

Así que con esa <<grata compañía>> tendré que estudiar todos los días a partir de mañana. Estoy segura de que todos mis compañeros se burlarán de mi, que La Nena personalmente se encargará de que ninguno de sus múltiples enamorados hable conmigo.

Tengo miedo. Miedo que me hace comerme las uñas y los pellejitos que están alrededor de las uñas. Miedo.  




No abrir hasta el año 3000Where stories live. Discover now