Lunes por la mañana, primer día de clases después de las vacaciones de invierno y con ello también el primer día de mi último semestre de preparatoria.

Dentro de un par de meses presentaría el examen a la universidad y seguía sin saber a dónde quería irme, sólo sabía que deseaba ir muy lejos, lejos de todo, lejos del dolor, pero era imposible, éste estaba aferrado a mí como un parásito, alimentándose de mis buenos y escasos momentos, de mis buenos recuerdos, de mis agradables memorias.

Salí y no había nadie en la puerta, respiré con alivio, hasta que lo vi aguardando en el andén del tren, caminé hasta otro extremo y aguardé a que ascendiera, para entonces acercarme a mi lugar de siempre a esperar el siguiente tren.

Y él me vio, me vio y supo que ya no iría con él, que de algún modo esto había acabado sin decir una palabra y que para mí era lo mejor, porque no soportaría verle de frente y hablar.

Porque le conocía y sabía los múltiples y la infinidad de argumentos que usaría, comenzando con un 'te amo' que me creería como el ingenuo y fiel creyente que seguía siendo de su amor.

El camino era solitario, pero era mil veces mejor a estar con él en un espacio tan reducido y tan alejado emocionalmente.

No quería verle.

Caminando por las calles, a una cuadra de la escuela vi a Baekhyun descender del auto de su chófer.

Él se despedía alegremente, educado y gentil, hasta que me vio y corrió a abrazarme.

—¡Hola Kyungsoo-ah! ¡Buenos días! —dijo lleno de alegría y no pude evitar sonreír.

Colgado de mi hombro caminó a mi lado, contándome lo mucho que había planeado para nuestro viaje de fin de ciclo, quería que fuera inolvidable en el buen sentido, estaba muy ilusionado con ello y verlo de ese modo me hizo sentir ligeramente mejor.

Esa mañana decidí sentarme con Jongdae y Sehun, éste último era tan alto que cubría a Chanyeol perfectamente, era como si no estuviera ahí, igual que todas las vacaciones. —Odio éste clima Kyungsoo-ah, me estoy asando ¡Y hay gente que dice que el cambio climático no existe! —se quejó de forma infantil y reí.

Estar rodeado de ellos, en su compañía, me hizo sentir mejor y menos solitario.

En esta ocasión no tuvimos más filosofía, pero en su lugar estaba psicología junto a Jungsuk nuevamente.

—Kyungsoo ¿Estás comiendo bien? —dijo mientras me revisaba un cuestionario en su escritorio.

—Ehm... ¿Sí?

—Estás más delgado, tu cara perdió color, ¿Está todo bien? Sabes que aunque estés dado de alta...

—¿Puedo hablar contigo en la tarde?

—Claro, puedes venir después de clases a mi oficina.

Volví a mi asiento, ignorando la mirada interrogativa que Chanyeol me dedicó desde lejos, sólo fingí que él ya no estaba ahí, que nunca estuvo ahí, que no dolía mirarle.

Eso hasta que, en nuestro descanso, decidió que era buena idea sentarse con nosotros a almorzar.

Todos le clavaron los ojos como agujas cuando se sentó a mi lado como si nada y me dio un codazo en el costado, sonriendo.

Yoongi quien llegaba recién con una botella de agua para mí, cambió su expresión amable por una severa, ahí supe que incluso él se había fastidiado de ser imparcial.

—Hola Soo~ ¿Qué tal las vacaciones? —preguntó y nadie pudo ocultar su sorpresa ante tal cinismo.

—Bien. —contesté fríamente, recibiendo la botella que Yoongi traía para mí —Gracias —dije a éste último con una sonrisa.

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