SALVADA POR AMOR

CAPITULO VIII: DECISIÓN TOMADA

Me miró y pude ver como sus ojos se abrieron e hizo un gesto con su mano para que tomara asiento en la silla que se encontraba frente a el.

- Te puedes retirar María, si llegase a necesitar algo no dudaré en llamarte. - la empleada asintió, se dirigió a la salida y cuando por fin nos quedamos a solas habló - Isabella Wellinstone - dijo mi nombre y pude ver como su rostro se tensó, esa actitud me molestó un poco pero supuse que debía ser por un motivo importante.

- Si, es correcto. Se preguntará que hago aquí, ¿cierto? - lo miré a los ojos y apoye mis manos en el escritorio - Quiero la verdad... Mi padre dejó una carta donde me dijo que lo buscara por que usted sabe quien fue la persona que cometía actos fraudulentos dentro de la empresa - sus ojos se abrieron y los nervios se apoderaron de el, me di cuenta por que jugaba con una pluma y apretaba los puños pero ya estaba allí y nada me detendría para descubrir todo lo que necesitaba.- Quiero saber la verdad y usted me la va a decir.

- ¿Cuántos años tienes Isabella?- su rostro se suavizó mostrándome una persona mas amable.

- Dieciocho pero pronto cumpliré los diecinueve. - contesté sin entender el por que de su pregunta - ¿Qué tiene que ver mi edad con lo que quiero saber?

- Eres muy joven para enterarte de todo y no se sí sea el momento adecuado para hablar de ese tema. Yo creo que.... - lo interrumpí poniéndome de pie y mirándolo directamente a los ojos.

- Haber señor Miller, a usted no le debe importar nada de eso - hice una pausa, tomé aire y continué tratando de contener las malas palabras que se amontonaban en mi boca tratando de salir - He esperado ocho años para saber la verdad y ahora que estoy a un paso de descubrirla no me detendré ni por usted ni por nadie. Así que será mejor que hable de una vez.

- Tienes el carácter de tu Padre... - hizo una pausa - Está bien, creo que ha llegado el momento de hablar, pero tienes que saber que después de esto quizá esté cavando mi propia tumba. - miró los documentos que tenía esparcidos sobre el escritorio y continuó - La persona que los asesinó quizá es más poderosa de lo que imaginamos y si llegase a enterarse de lo que te contaré quizá tome medidas drásticas en mi contra por lo que te pido que seas discreta con la información que te daré, por que a esas personas no les importa matar a quien sea.

- No se preocupe que seré muy discreta  pero hable claro por favor que no estoy entendiendo nada. - sentí escalofríos  porque pronto sabría quien era  la persona que había cometido el fraude ya que quizá era la misma que había asesinado a mis padres aquella noche que me persigue todo el tiempo.

- Cuando tu padre me llamó para contarme lo que sospechaba yo tuve que investigar las cuentas y los movimientos de todas las personas que trabajaban para la empresa y hubo una de ellas que confirmaba sus sospechas. - hizo una pausa y me miró - el se aprovechó del lazo que lo unía a tu padre para hacer sus negocios sucios, tu padre lo afrontó el día que lo asesinaron jurando que lo mandaría a prisión si resultaba ser culpable.

- Aún no me ha dicho de quien está hablando. ¿Quién es ese desgraciado? ¿ Por que se da cuenta que tal vez es la misma persona que asesinó a mis padres? - sentí que me faltaba el aire y los recuerdos de esa noche volvieron a mi cabeza golpeándome como un balde de agua fría - Dígamelo ahora, ¿Quién es? - no podía soportar más ese silencio, la incertidumbre de no saber la verdad, las lágrimas gritaban por salir de mis ojos pero mentalmente me decía que no era el momento ni el lugar indicado para hacerlo.

Se hizo un silencio en el que todas esas imágenes que he tratado de borrar pasaron por mi mente como una película, donde la imagen de mis padres muertos sobre la cama y el maldito asesino mirándome, un momento que nunca olvidaré y que me llevaré hasta el día de mi muerte.