— ¿Cómo...? ¿Qué...? Es... Que esto... — habló sin creerlo, bajé el teléfono.

— ¿Tanto te cuesta entender que te superé? Lo siento — fingí pena — en realidad no — me encogí de hombros sin importancia, Connor y Tanner soltaron una carcajada luego los demás les siguieron — ¡Oh vamos! ¡Era tan obvio que lo haría! Debería haber apostado — hice una mueca.

— No me lo puedo creer... — murmuró — ¡¿Cómo demonios no te atraparon?! — se quejó casi chillando.

— Porque soy un ninja — levanté las manos moviendo mis dedos.

—¡En serio debes de serlo, la caja fuerte estaba en su cuarto! ¡¿Y no te escuchó?! ¡Mi cabeza explotará! — habló ahora Austin haciendo ademanes raros, reí. Eso debe ser lo único para lo que no hago ruido, en lo demás siempre tiro, rompo o tropiezo con algo.

— Se nota... —murmuró Evan, fruncí el ceño— ¿No sabes pensar en silencio verdad? —se giró a verme de brazos cruzados, apreté los labios negando, rodó los ojos volviendo a girar por lo que le saqué la lengua, los demás rieron — vi eso — habló sin girarse.

— No me sorprende, de por sí ya pensaba que eras medio raro y ahora me lo confirmas — pausé — alíen con ojos en la nuca — murmuré para mí misma, creí ver como sonreía de lado, pero solo lo habré imaginado porque pasó a estar serio al milisegundo.

— ¡Esa es mi chica! ¡Sabía que lo conseguirías muñeca! — sonrió Adam sujeto por Josh.

— Felicidades, Megazord — sonrió Connor, fruncí el ceño.

— ¿Cómo me dijiste? — su sonrisa aumento.

— Megazord — mi ceño se frunció aún más.

— ¿Por qué? — pregunté sin entender.

— Es de los Power Rangers, los conoces, ¿No? — asentí — pues eso eres, una combinación de superpoderes — asentí lentamente — ¡Un superrobot que le acaba de patear el culo a Jared! — se burló haciendo que riera junto a los chicos.

— Pero si ni es alta como para ser uno de esos — habló el herido.

— Uy perdón por no ser un puto rascacielos, una jirafa o el maldito ¡Empire State! — me molesté, dio un paso atrás levantando las manos, gruñí para después mirar a Connor — gracias, supongo — me giré a buscar mis cosas. 

Tomando el bolso junto a algo de ropa me metí al baño, me cambié la camiseta a una negra sin mangas, una camisa verde, el pantalón de ayer, mis botas, también había ciertas pertenencias que tenía que tener siempre conmigo, como mis nuevas navajas, mi llave maestra, mi teléfono claramente lo escondí bajo el colchón, demás objetos pequeños que podría ocultar entre mi ropa los llevé conmigo. Salí del baño lista, busqué el papel donde mi tío me había puesto los horarios en mi otro bolso, pero no lo encontraba, me empecé a desesperar, tanteé mi ropa buscando, pero no lo tenía ni en bolsillos ni entre la camisa ni en las botas. ¡Ay dios! ¿Qué lo hice? ¿Ahora dónde había metido la única hoja con toda la maldita información que necesitaba?

— ¿Qué perdiste ahora? — preguntó Evan en tono cansado, mierda...

— ¿Por qué piensas que perdí algo? — me hice la desentendida, levantó una ceja, los demás ya no estaban. ¿Pero qué? ¿Por qué siempre que me distraigo se van?

¿Tal vez por qué no les prestas atención?

¡Claro que no!

— Por qué en menos de dos días perdiste mínimo seis cosas — se apoyó en el poste de la cama de brazos cruzados, me senté en el piso como indio.

Escuela Militar (En edición)Where stories live. Discover now