-Lo siento cariño juro que muero de sueño, de verdad, y no se que me dijiste todo este tiempo, solo quiero dormir - di un trago al vino esperando despertar con eso - Vi mis cirugías para mañana y como que quiero enfermarme de algo -


-Quédate esta noche entonces, parece que si te llevo a casa te dormirás en el auto, y creí que no querías bajarte de el, podemos salir juntos, lo que no escuchaste fue que mañana debo ir a grabar un par de escenas, de hecho grabaré hasta tarde - comenzó a comer con calma, y yo imite la acción, había hecho una extraña comida inglesa que de hecho sabía muy rico -

-Mañana voy a operar hasta tarde, así que como casi no nos veremos acepto quedarme aquí, y por que si, no quería bajar del auto, solo quiero dormir, al menos no soy de neuro, no vi a Ian y creo que nadie más que los demás médicos que operaron con el - Tom comía bastante rápido, casi acababa su comida y yo no iba a ni a la mitad, pero si había acabado mi copa de vino, ya estaba recobrando mi conciencia y no tenia tanto sueño como antes -

Tom se pasó la cena hablando de la grabación, y de como McCavoy insistía en invitarme a salir, y de como lo molestan después de solo hablar de invitarte a salir, y peor después de lo que hizo en la cómic con, además de que Stan, le envío una foto mía en traje de baño del viaje a California, se escuchaba enojado. Después de cenar lo ayudé a lavar la bajilla, y secarla para ponerla en su lugar, luego fui a su alcoba, no llevaba pijama así que de nuevo me puse una de sus playeras. Me acosté a su lado y el comenzó a platicarme sobre lo que le encantaba hacer de joven. Me recosté sobre su pecho, subiendo y bajando por su respiración, escuchando sus latidos, y deleitándome con su dulce aroma.

-Creo que es lo que más amo hacer en la vida, adoro actuar, en Londres nos enseñan a que no importa la paga ni la película, siempre debe hacerse con pasión - giró la cabeza sonriente y se veía tan dulce, sus ojos brillaban al hablar de lo que ama - Es por eso que no entiendo aún como nadie antes me había atraído de esta forma, yo actúo, tu eres médico, somos cosas distintas y eso parece gustarme más, por que no tenemos que hablar de como funcionan o no las tomas o las escenas, yo hablo de cuando grabo y tu de cuando haces cirugías, y la historia varía siempre - se volteó un poco hacia a mi, y nos mirábamos atentamente a la ojos, puso un mechón de cabello detrás de mi oreja, luego me dio un beso lento, nos separamos por falta de aire y reímos al unísono por la acción -


-Tu risa es bastante extraña, y lo más gracioso es que cierras los ojos a reír, luces uno de esos muñecos de las caricaturas - reí graciosa y el me miró serio- Es broma - me excuse sonriente, lo tome de la barbilla y volvimos a besarnos, muy lento y con calma, solo que esta vez tardamos más en detenernos, y al separarnos nos miramos directamente a los ojos, y fue como decirnos con la mirada que era lo que queríamos, y coincidíamos en lo mismo, nos queríamos, justo en ese instante -

Volvimos a unir nuestro labios, pero esta vez no fue lento y sin prisas, esta vez fue un beso más apasionado y demandante, enrolle mis brazos en su nuca, y el puso una de sus manos debajo de mi cintura, ese beso parecía interminable. Poco a poco habíamos cambiado de posición, Tom estaba sobre mi, sin dejar caer todo su peso encima mío, y seguimos un ritmo lento en cada beso, luego soltó mis labios para dirigirse a mi cuello, a repartir besos y dejar una marca de saliva, de mis labios escapan pequeños suspiros, y solo me sostenía de su espalda, bajó más hacia mi clavícula, luego volvió a atrapar mis labios, y acariciar mi pierna derecha, subiendo lentamente por esta, causándome un escalofrío y una pequeña descarga eléctrica en todo el cuerpo, yo solo me aferraba más a sus labios, Tom sujetó la esquina de la playera que llevaba puesta y la subió más, dejando al descubierto mi ropa interior, y acaricio mi vientre, imite la acción y sujeté la punta de su playera y comencé quitarsela, sabia que no podría, pero Tom se levantó de mi para poder quitarsela el mismo, luego volvió a besar mi cuello, y yo me aferré a su espalda desnuda, y subió la playera que llevaba puesta hasta quitarmela por fin, y ya desesperada, bajé mi mano con dificultad hasta la punta de su pantalón de dormir e intenté bajarlo, rodee la cinta hasta la parte de atrás en su espalda donde bajé acariciando sus glúteos, asegurándome así de retirar también su bóxer, lo bajé hasta donde dieron mis manos, después separé una de mis piernas y con la punta de los dedos de mis pies lo bajé hasta dejarlo caer. Tom sujetó la cinta de mis bragas las cuales no eran lo suficientemente sexys como quería, volvió a levantarse para poder quitarmelas completamente, luego pasó sus manos detrás de mi espalda e intentó deshacer el nudo de mis sostén por un minuto que se me hizo eterno. Nos había llevado mucho tiempo quitarnos la ropa, o eso creímos, por que estábamos muy desesperados por sentirnos, así que cada maniobra fue rápida. Tom estiró la mano hacia uno de sus cajones del lado izquierdo de la cama, sin separar nuestros labios, hurgo en el segundo cajón buscando algo, hasta que lo encontró y volvió a acomodarse, no sabia bien que había buscado hasta que separó nuestro beso, se levantó un poco de la cama y con una maniobra rápida abrió un pequeño empaque de plástico cuadrado de color rojo, sacó del envoltorio un preservativo y se lo colocó de una manera demasiado rápida, luego volvió a unir nuestros labios, volvió a mi cuello a repartir besos y mordidas, no podía parar de suspirar, y sentí un cosquilleo en el vientre, mientras Tom se concentró en mi cuello, yo apretaba los músculos de su espalda, encajando mis uñas en ella. De a poco y casi sin darme cuenta, fui abriendo las piernas, y Tom recobrando su postura pero esta vez en medio mio. Entre suspiros mios, los cuales estaban atormentando sus oídos por la cercanía, Tom retomó mis labios con impaciencia, nuestras lenguas se encontraban de vez en cuando, además de darnos pequeñas mordidas, hasta que de pronto y de apoco, sentí como entraba en mi, haciéndome dar un alarido de placer, mientras casi de inmediato me callaba besando mis labios, dejé caer mi cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos, habíamos completado la conexión. Tom se acomodó poniendo sus brazos a cada alado mío, sosteniéndose para no dejar caer su peso sobre mi, y de manera lenta e intentado hacer cada movimiento dulce y romántico comenzamos con suaves movimientos. Pero nos estábamos equivocando en la manera en que queríamos comenzar. No soportaba ni un segundo más, quería hacerlo lo más romántico posible, pero después de enrollar mis piernas con firmeza en su cintura y en un movimiento suyo, lo único que logramos fue darnos un pequeño impulso, al hacerlo entrar rápido y con firmesa, sin saber habíamos comenzado algo que no podíamos parar. Pareció gustarnos a ambos, de modo que seguimos haciendo eso, Tom se sostenía de la cama con fuerza y yo solo me sujetaba de su espalda arañandolo, entraba de golpe, con firmesa, cada vez iba más rápido y más duro, el cuarto se inundó de gemidos incontrolables de parte de ambos y el sonido de nuestra piel chocar, no podíamos hacerlo lento y romántico. Nos volvimos dos salvajes incontrolables, yo arañaba su espalda con más fuerza y el entraba y salía rápido y duro, mientras gemia en su oído y el dejaba salir suspiros, la cama se movía sin parar. De una maniobra  rápida, solté mis piernas de su cintura, y el aprovechó para moverme con una sola de sus manos con mucha fuerza, poniendome boca abajo, y así acomodarme, volvió entrar en mi, solo pude sostenerme de las cobijas y soltar un gemido más fuerte que el primero, el comenzó con movimientos lentos y firmes, para ir acelerando hasta ir demasiado rápido, habíamos perdido la dulzura, y no parecía entender como o en que momento, tampoco importaba. Estaba vez yo me separé de él, me coloqué boca arriba de nuevo y de nuevo volvimos a comenzar con fuerza y rapidez. Ya no podíamos controlarnos, íbamos cada vez más rápido, y cada vez había mas ruido en la habitación. Estaba llegando al punto máximo, solo pude sostenerme con fuerza de su cuello y enrollarme en su cintura, además de soltar un fuerte alarido de placer al igual que él, estábamos llegando al mismo tiempo al punto máximo de placer. Ambos soltamos un fuerte gemido para quedarnos un segundo más en esa posición. Respirabamos con dificultad, estábamos sudando, y fue hasta ese momento cuando ambos reaccionamos, y sabíamos que los vecinos podrían quejarse. Nos separamos algo apenados, Tom se acostó al lado mio, nos cubrimos con la cobija, tapando con algo de pena nuestro cuerpo, cosa tonta después de lo que habíamos hecho, aun nuestros latidos estaban descontrolados, al igual que nuestra respiración. Miramos hacia el techo pensativos, hasta que no pude evitar reír sonoramente.

Cuando Nos Descubra La Casualidad Where stories live. Discover now