Desde muy pequeña me surgió un "extraño" gusto hacia los panteones y cementerios, no sabía porqué y sólo me dedicaba a contemplarlos, incluso, a pesar del dolor, me gustaban cuando los visitaba para dejar en ellos a mis familiares fallecidos.
En mi época "obscura" los encontraba aún fascinantes haciéndome poner una máscara que me hacía sentir única ya que según yo, no a muchas personas les gustan ese tipo de cosas, ya saben, encontrar la muerte hermosa y cosas así, pero debajo de esa mascara lo único real era mi arrogancia, impidiéndome asimilar el verdadero por que de mi gusto.
En México, siempre disfruto las festividades del día de muertos que se celebran en éstas fechas y es que, en conjunto con ese aroma a fruta, flores y copal está la esencia y el verdadero significado de recordar a nuestros seres queridos, así como a la muerte que se los ha llevado posiblemente lejos de nosotros y que nos permite reencontrarnos por lo menos una vez cada año.
Este año, me permití reflexionar el por que de mi atracción a los panteones en medio de tumbas, flores, familias y añoranzas.
Descubrí que en todos estos años mi atención no solo se percató de la tranquilidad que ahí habita, sino en la fauna que en conjunto con los árboles y el viento que en ellos se refleja, cohabitan las tumbas y epitafios donde la muerte se concentra, donde surge la vida por recuerdos inmortales que el ser humano tiende mucho a concretar.
En medio de todo aquello, descubrí una pequeña flor surgiendo de entre las tumbas, la contemplé sin pensamiento, sin conceptos y críticas, permitiéndome expandir mi visión mas allá de donde me encontraba.
De pronto fui consciente de que no era la única flor, ni la única vida que convive con los templos que nos permitieron mortalizarnos en éste mundo, nuestros cuerpos.
Aunque suene contradictorio, descubrí que los panteones representan la vida tangible y palpable. Ellos representan las únicas dos cosas reales que tenemos aseguradas en éste mundo, la vida y la muerte.
Por que todos los que estamos aquí nacimos
por que todos los que estamos aquí moriremos y en medio de tanto
cuando nos encontramos entre panteones, recordaremos que nosotros no somos eternos
permitiéndonos, si es que estas atento, apreciar la muerte.
Por que sin muerte no hay vida, por que sin vida no hay muerte.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
