Pequeña isla simbólica

Un despeje, algo diferente a lo común, salir por la noche y encontrar una pequeña isla simbólica dentro de nuestra ciudad,  rodeada de tránsito nocturno , y personas que continúan su vida normal regresando a sus casas, y nos encontramos ahí, en ese lugar olvidado por las personas, rodeados de luces artificiales, y arboles , pasto recién cortado, una brisa casi veranil , estimulando nuestras mentes con desinhibidores de la realidad, transformando minutos en horas, e intentando que esa forma en la cual nos encontrábamos, sea duradera aunque sea , hasta el amanecer,  caminando por calles obscuras con una sensación innata de sentirnos protegidos ante cualquier peligro fuera de nosotros mismos, como lo más simple que tenemos siempre a nuestro alcance se  haya convertido en sinónimo de risas y debates filosóficos, como haber encontrado nuevamente a nuestros seres de 10 años , sin importar las miradas de afuera, ya que estábamos en nuestra isla, nuestro bunker, nuestro lugar escondido rodeado de pureza misma... Y que esa sensación dure recorriendo las calles , escuchando música con un sonido tan potente que hasta las botellas ya consumidas tiemblen en cada estrofa de la canción, salir de la isla, y encontrar esa misma forma de libertad absoluta en cualquier lugar al que visitabamos en esa noche, el tiempo ya no contaba como variante en la ecuación,  cada vez que encontrábamos un pequeño lapso de segundo que volvíamos a la realidad,  nos sorprendemos de lo mucho que se puede hacer en tan poco tiempo, y eso me hace pensar...

¿El tiempo no abunda, o nosotros mismos lo acortamos? 

Si en solo una noche, logramos encontrar un lugar para expresarnos libremente ,  lograr estimular los 5 sentidos de forma absoluta, y aun así , nos sobró tiempo de la noche, ¿En que fallamos cuando decimos que el tiempo no nos alcanza? ¿Cómo estamos viviendo nuestras vidas realmente? 

Tendríamos que tomarnos el tiempo de buscar nuestra isla simbólica de todos los días para que esa sensación sea constante,  y no una variante, para lograr transformar nuestra realidad rutinaria , en lo que realmente tiene que ser, valorar las pequeñas cosas, como un viaje al trabajo de 2 horas sabiendo que es el tiempo de todos los días en el cual estás con vos mismo y nadie te interrumpe el pensamiento... Si logramos vivir de forma que nosotros mismos podamos manejar el tiempo a nuestro antojo, y aprecias los pequeños momentos de felicidad en el dia,  vamos por buen camino.