"La crisis a los diecisiete"

322 41 12
                                    

"LA CRISIS DE LOS DIECISIETE"

Los diecisiete es una etapa sin lema, sin espera pero que por ley pasamos por ella. A los quince celebramos quince primaveras, a los dieciséis los nombramos "dulces", después de ello esperamos ser mayores sin tomar demasiada importancia a tal edad; los empleos son tentadores porque somos grandes pero no mayores para conseguirlos. Los de diecisiete nos vemos obligados a esperar trecientos sesenta y cinco días para dar un paso más. Realmente los diecisiete son tan bellos como todos los años sin embargo para muchos–si coinciden conmigo– es el año de la crisis: ni tan adolescentes, ni tan adultos, grandes pero no mayores, querer aspirar algo nuevo en la vida pero tener que esperar el momento, analizar el futuro porque se acaba el tiempo. Los dieciocho se ven cerca, da miedo, ansiedad, tentación. Sé que así como llegaron los quince y se me fueron como agua entre las manos, así serán los dieciocho dándole paso a los veinte sin notar los diecinueve; me convertiré en adulta. Da miedo pensar en el tiempo, es una enorme tarea organizar las metas y objetivos de la vida, para que cada año alcance a la perfección y no haya nada de qué lamentarse. Los diecisiete son  para armar los planos de tu vida, mis diecisiete son cuenta regresiva para comenzar con el principio del resto de mis días. Elegir carrera, elegir escuela, dejar familia, sacrificar muchas cosas, para ahora tener lo que deseamos, como personas independientes. ¿Y el amor?, ¿y la compañía? La soledad me abriga mientras me encuentro rodeada de gente, el amor parece un camino de broma, para el que en estos años no hay tiempo, no hay oportunidad, no existe alguien. Todos tomaremos distintos caminos por "algunos años" que se vuelven eternidad cuando encontramos algo placentero en aquellos rumbos; abandonando lo que era antes de... Lo que era a los diecisiete. El miedo nos estremece hasta los huesos, creyendo que cualquier movimiento en falso terminaré rota de algún tejido, del alma o del corazón. Tenemos miedo a intentar algo nuevo, y más porque ahora ya no es una opción, sino necesario para no pegar raíces. La crisis a los diecisiete abarca cada aspecto de mi vida, incluso se hace presente el temor de perderme en el mundo y dejar que éste me envuelva, perder mi ideal, mi alegría; desviarme del paso de Dios y convertirme en una persona irónica que va por la vida diciendo "no tengo tiempo para él". La falta de memoria es otro factor que altera nuestro nerviosismo de alguna manera, se vienen tantas cosas que necesitamos anexar a nuestro tesoro: la memoria. Pesamos que ya va saturada con tantos años pasados, mientras que apenas viene a paso decidido la etapa que anhelabamos en la niñez y de la que nos refugiamos poco antes del momento.

Alguna Vez Silencio ©Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum