Capítulo 2: Yamamoto Takeshi

Magsimula sa umpisa
                                    

- Si no quieres sonreír, no sonrías. – Dijo alguien, pero no sabía de dónde.

Parecía la voz de un chico, pero no había nadie cerca de él... ¿Acaso se estaba volviendo loco?, bueno, había pasado un buen tiempo desde la última vez que escucho voces imaginarias...

- Oi, ¡Yamamoto!, ¿qué te pasa?, es tu turno de batear. – Se quejó uno de sus compañeros de equipo que ni de su nombre se acordaba.

Honestamente, podría importarle menos. No tenía ganas de jugar con ellos de todos modos, así que, ignorando los llamados y demás, se fue del lugar y se dirigió a la azotea. No había nadie allí que lo molestará, ni nadie al cual tuviera que sonreír y ser amable... ¿Por qué demonios siquiera se molestaba en actuar como un buen amigo cuando no tenía ni uno?, era un idiota...

- Si no quieres sonreír, no sonrías.

De nuevo esa voz... y sonó justo a su lado, y aun así no había nadie allí... Era oficial, o se estaba volviendo loco de atar, o tenía algún espíritu detrás de él... Los anti-depresivos no podían ser, a menos que su padre también se los estuviera metiendo con la comida o algo... Okey, ya era suficiente, no había nadie allí, por lo que nadie podría llamarlo loco si decidía hablar con un ser inexistente o imaginario... Cualquier cosa siempre podía ir a una iglesia, porque tal vez necesitaba algún exorcismo...

- ¿Eres mi ángel de la guarda o qué? - No tenía por qué ser amable o aparentar nada... Vaya, eso era un gran alivio, ¿por qué no había hecho esto antes?

- No... - Por alguna razón, sentía que había asustado al otro ser, y le hacía sentir algo culpable por alguna razón desconocida, aunque poco le importaba en ese momento. - Nada de eso, soy solo... - ¿Solo qué?, ¿una voz imaginaria? - un amigo. - Anexo la última parte con timidez el ser imaginario. Oh cielos, casi quería reírse, vaya mentira, ¿estaba tan desesperado? - Aunque siendo honesto, nunca tuve muchos amigos ni soy uno muy bueno...

Vaya, ¿quién demonios era este chico imaginario?, casi sonaba como una víctima de constante bullying... Si eso era cierto, ¿era tan patético como para crear un ser imaginario tan opuesto?, ¿un popular?, o sería mejor un ex-popular... Simplemente no tenía-

- Yamamoto-kun, deja de pensar tanto, te saldrán canas. - Si supiera exactamente donde estaba el extraño ser, lo hubiera carbonizado con la mirada. - Sabes, siempre te he admirado... – Ah sí, como todo el mundo, claro... - Siempre feliz, siempre dando lo mejor de ti, eres un gran jugador, eres popular y no estás solo... – Siempre estaba solo, a menos que contara a su padre.

- Estar rodeado de amigos falsos-

- Tienes a tu padre, no estás solo. Además, ¿se te ha ocurrido tratar al menos de hablar con personas como Hibari-san?, ¿o fuera de este lugar?, eres una persona maravillosa Yamamoto-kun... – Espera... ¿Hibari?, ¿por qué Hibari de todas las personas habidas y por haber? - solo no has conseguido a las personas adecuadas. – Adecuadas... claro...

- Para ser un ser imaginario, sí que eres raro. – Por no decir idiota-

- ¿Imaginario?, oh no... - Espera... ¿eso era una risa?, genial, completamente genial, lo que faltaba... - No soy un amigo imaginario, soy lo más cercano a un fantasma... - Eso no lo hacía muy diferente... - Si fuera imaginario, solo oirías lo que quieres oír, bueno o malo, ¿he hecho eso? – Lo último sonó un tanto triste, pero...

- No... - Más bien había estado mayormente diciendo cosas opuestas a las que él creía, y aunque había dicho cosas que esperaría oír de otras personas... también había dicho cosas que nadie más había dicho, o esperaría que dijeran. - ¿Por qué Hibari? – Era una buena pregunta...

An Unwanted WishTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon