I.

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De no ser por la brisa a sus espaldas y la gélida expresión de N, Touko podría afimar con certeza que aquel sonido en seco provenía de su corazón resquebrajandose en filosos fragmentos. En lo alto la observaba la criatura de fuego que antes fue su compañero en su aventura; antes, por que en cuanto ve sus tiernos ojitos brillar como nunca lo habían hecho en su compañía, a un lado del Rey del equipo Plasma, sabe que ya nunca regresará a su lado.

El dolor punzante en su vientre no se compara al sufrimiento que las palabras causan. Extiende una mano como último recurso, pero no es suficiente para redimirse. Nadie le devuelve el gesto. El rostro endurecido de N le hiere, y finalmente suelta un grito mientras su cabello se sacude entre el viento y su cuerpo cae lentamente, y no es que le tema al vacío detrás de ella. Le teme más a la sensación de suciedad que se instala en su pecho.

-No escuchar a los pokémon es un pecado. Y tú aún te atreves a taparles los oídos.

Esas palabras resuenan en su cabeza y llegan a marearla, el tintineo de su voz se mantiene perforando su cráneo y siente sus ojos arder, las lágrimas amenazando por salir. La garganta le escuece en deseos de gritarle que se equivoca, pero en el fondo sabe que no es así.

El zumbido del aire se lo susurra.

Su cuerpo impacta en la tierra, y a pesar de que el calor del verano está presente y bajo ella se encuentra el más suave césped, puede jurar que ha caído en un frío mármol. La noria se detiene junto a un chirrido metálico. De su interior sale N, con su antiguo compañero entre sus brazos, quien le dedica una última mirada ajena antes de apartar su pequeño rostro.

-Voy a superar y derrotar al campeón -Afirma, y Touko ya no es nadie para contradecirle. N suspira, antes de agregar- El futuro que he visto... Ya no eres una fórmula sin decifrar.

Y entonces N da media vuelta y se aleja sin prisa. Touko ve sus piernas moverse mientras la distancia entre ambos se vuelve feroz y el dolor de su cuerpo se encarga de recordarle que es un sueño inalcanzable. Copiosas lágrimas se deslizan por sus mejillas y sus sollozos son lo único que llena el desolado parque hasta que sus ojos no son capaces de ver su silueta.

Ya no puede perseguirlo.




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⏰ Last updated: Apr 06, 2018 ⏰

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