ᴛᴜʏᴀ #3 (ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ)

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5-¡ERES MIA!💕

Narra Matteo:

Iba caminando hacia el cuarto entre todas las personas que se encontraban invadiendo mi casa.

Atras de mi iba la mujer de mi vida, podia sentir su mirada pero no en mi, o bueno si, pero en mi trasero. Se que lo estaba haciendo. Me di vuelta rapido antes de entrar al cuarto y subio la mirada en seguida. ¡Lo sabia!

-¿Me estabas mirando el trasero?

- No. - dijo sonriendo. Esa misma sonrisa que ponía Matteo cuando acababa de hacer una maldad y no quería que lo descubrieran.

- Claro que si.

- Bueno si, pero ¿Que tiene que te mire el trasero?

- Me pones incomodo.

-Últimamente todo te pone incómodo Pasquarelli - se me acercó. - Y te sonrojas, te estas dejando dominar amor mio.

-¿Dominar? - la miré alzando una ceja.

- Si, como 50 sombras de Grey, solo que tu eres el sumiso.

-¡Ya quisieras! - le dije y ella solo solto una risita. Abri la puerta del cuarto. - ¡Entra! - entro moviendo sus caderas. Dios, ¡Que mujer!

-¿Entonces que hacemos aqui? - me dijo coqueta.

Ay amor, estás pensando mal.

- Nada, quiero hablar contigo. - le dije tranquilo y su rostro se fruncio.

-¿Hablar?

- Si, ¿por que? ¿Quieres hacer algo mas? - le dije sonriendo.

- Estás jugando conmigo ¿cierto?

- No, ¿por que lo dices?

- No, por nada. - suspire frustrada. Sonreí tratando de no reirme. Se dejo caer en la cama sentada. -¿Entonces estás celoso?

- ¿Yo? ¿Celoso?

- Si, no lo niegues Ruggero.

- Esa palabra no entra en mi vocabulario.

-¿Entonces cual entra?

- No es una palabra, es una frase. - le dije sonriendo.

-¿Cual?

-¡Reclamar lo que es mio!

- Entonces estás celoso. - sonrió triunfante. -¡Punto para mi! - la mire extrañado.

-¿Que es eso de los puntos?

- Estábamos jugando a quien pone mas celoso a quien. - me miró sonriendo. - Así que yo voy ganando.

- Segun tu, ¿A cuanto vamos?

- Cinco a tres.

-¿A favor?

- Mio.

-¿Ah si? - me le acerque.

- Si.

- Pues yo creo que vamos cuatro a cinco. - dije tirandola con delicadeza a la cama colocándome encima de ella.

-¿Por que? - trate de decir cuando mis besos se comenzaron a regar por su cuello.

-Porque desde aquí puedo percibir lo mojada y preparada que estas para mi. - mordí su cuello y un gemido salió de su boca, dulce sonido para mis oídos. -Tienes tantas ganas que entre en ti. - otro gemido.Subí su blusa quitandosela y para mi sorpresa no tenia brasier. -¿Que hacías sin brasier en la calle?

-Esta blusa no lleva brasier.

-Después discutiremos eso. - mis besos bajaron hasta sus pezones succionando los. Dios, esta mujer era perfecta, deliciosa, exquisita y solo mía. Tomo mi cabello tirando de él.

-Ruggero... - gimió.

- Dime, mi amor.

- Te deseo. - dijo en un gemido. Aguanta Pasquarelli, aguanta. Quite sus jeans junto a sus bragas, dejándola desnuda ante mi.

-¿Que desea mi reina?

- A ti- mis besos siguieron bajando por toda su barriga escuchando sus dulces gemidos.

- Umm... - saboree todo su intimidad sintiendo como un grito ahogado salió de su boca, pase mi dedo indice por toda su humedad.

¡Definitivamente punto para mi!

¡Cinco a cinco, empate!

Sople un poco haciendo que Karol temblara.

- Quiero oírte gritar. - tome sus piernas y las puse encima de mis hombros y con la boca abierta pase toda mi lengua por ella.

-¡Dios, Ruggero! - sonreí al ver como se arqueo toda en seguida. Aunque mi erección luchaba por salir tenía que aguantar y hacer esto. Seguí con mi trabajo, succionando con fuerza y pasión todo su sexo. - Si. - agarro mi pelo y apretó más contra ella. Metí mis dos dedos en ella y siento como los apretaba haciéndome gemir a mi por tan maravillosa escena que estaba presenciando. -Ruggero... - la sentí venir y aquí es donde yo juego mejor

Me detuve completamente dejándola con la ganas, escuche su quejido y subí hasta su rostro sonriendo.

- Seis a cinco. - le dije sonriendo.

Le di un corto beso en los labios mientras ella aun acalorada y con la respiracion agitada me miraba sin entender.

-¡GANE! - me levane de ella dejandola en la cama.

-¿Es en serio? - me dijo sorprendida.

-Eso te pasa por dudar de quien eres. ¡Eres mia! ¡Y de nadie mas! - le tire un beso. - ¡Te amo!

- ¡Pendejo! - escuche antes de salir por la puerta con una sonrisa victoriosa.

¡Esta vez gane yo!