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27 de octubre de 2017  

Llegas al destino. A tu nuevo destino. La preparatoria queda algunas calles alejada de la parada del autobús. Hay que avanzar.

Piensas, piensas y sientes el frío que hace. Sabes que esto es una estupidez, todo esto, pero ya estas acostumbrado a recorrer ese camino cada día de tu existencia. Lo hiciste ya un año. Faltan 2.

No dormiste bien, te sientes cansado, las ojeras y las pocas horas de sueño asaltan con rudeza tu rostro.

Mientras caminas recuerdas lo que aconteció hace unas horas. Los errores cuestan caro y hay pocas veces que se aprenden de ellos.

Básicamente las malas amistades, celos, falta de moralidad y criterio, el bajo uso del sentido común y, para rematar, la maldad que existe es real y es preocupante. Quizá por eso estas allí solo, dramas de adolescentes que siempre tomas personales.

Quizá por eso ya no estas con ella, gracias a eso, la sociedad espera muy poco de tu generación y, básicamente, eso le están dando, menos que eso. Menos que Nada.

La ira y la culpa llegan a ti, una ráfaga de viento se encarga de poner la situación más preocupante.

Analizar todo lo que pasaste es difícil. Pero no vale la pena recordarlo. Solo sabes que la extrañas. La idea de solo pensar en ella hace que tu mente divague.

Te distraes, es lógico, la manera de volver a la situación es fácil. Estas tan ocupado en tu mente que un automovilista tiene que recordarte que sigues caminando y no te das cuenta de nada. Estabas a pocos centimetros de que una de esas maquinas te derribara.

Las luces chocan en tu cara y no puedes ver bien. Únicamente la voz del conductor insultándote y diciendo las razones por las que deberías regresar a tu casa y hablarle aquella mujer que te trajo al mundo.

Caminas, con la pena en tu cara y los ojos llenos de lágrimas. Sabes que las palabras no dolerían... sino tuviera razón.

Si, te equivocaste, pero ¿Tenia ese hombre el derecho de decirte y citar las frases: "Deberías estar agradecido que no te mate"?

Te hubiera hecho un favor, y lo sabes.

Llegaste a tu preparatoria, tu escuela, tu nueva y horripilante escuela.

El día transcurrió aburridamente normal. Ya no estas con tus antiguas amigas, tu principal razón de estar bien en cualquier salón de clases. Están lejos, ya sea algunos salones de distancia o a kilómetros de donde tu estas. Se encuentran lejos no solo por la lejanía... están todas lejos porque todas ya tomaron su camino. Hasta tú.

Piensas en ella, desesperas y hartas mucho con ese tema, ella aun usa uniforme, un color gris opaco que a cualquier mujer le quedaría horrendo. Pero ella se ve encantadora. Hermosa. Perfecta.

Su cabello es más corto. La has visto aun un par de veces para recordarlo.

Es más alta de lo que tu mente puede procesar. Es más dulce, aún tiene eso ojos. Aquellos que te gustaron desde el principio. Grandes y con un negro espectacular. Extrañas su pequeña mirada perdida que hacía.

Resulta, a veces, reconfortante y doloroso recordar eso. Te sigue gustando... la sigues amando... sigues pensando en ella... la amas aun. Mas que cualquier persona que podrá ser alguien en su vida. Ya la hay y eso te duele.

27/01/16Where stories live. Discover now