-¿Qué estas gorda?-Dice ella riendo – Pero hablando enserio, te invitó a salir un chico y sabe que tienes un hijo... Es genial, eso quiere decir que le gustas enserio.

-Si como que, me sorprendió.-Confieso.

- ¿Y es lindo?-Dice risueña.

Carlos, es más lindo que el dulce de leche. Pero no tanto como Alexander.

Esas voces en mi cabeza, Dios que me hacen pensar tantas pavadas.

-Si es decente. –dije.

-O sea que es maravilloso.-Termina ella por mí.

Como me encanta que una persona me conozca tanto llegando el punto de que digo una frase y ella entiende todo.

-Sí, la verdad que sí. –Miro la hora 13: 05 –Te dejo me tengo que ir ya es hora de la cita.- digo con voz cantarina.

-Surte y que te la pases muy lindo. Te quiero y no te olvides del sábado.-Dice ella feliz.

-Te quiero muchísimo amiga, obviamente no me olvido, nos vemos. Un beso.

-Dos –dice ella y colgamos.

El jefe estaba cerrando la caja registradora y mis compañeros se preparaban para irse, me saco el delantal y me pongo mi campera.

Saludo a mi compañera y salgo afuera. Lo primero que veo es a Carlos en su auto esperándome, camino hacia él y lo saludo con un beso en la mejilla.

Subimos los dos al auto.

-Te llevo a tu casa, así buscamos a Ariel –me dice el saludándome con un beso.

-Bien –dije.

El camino, fue tranquilo y fuimos escuchando la música de la radio.

-¿Quieres entrar?-le pregunto cuando llegamos a mi casa.

-Bueno, si no es molestia. –Me dice el sonriendo, marcando su hermoso hoyuelo.

-Ninguna-dije sonriendo.

Bajamos los dos del auto antes de siquiera podamos entrar a mi casa mi abuela sale con una cuchara de madera en la mano, con cara de enojada.

-¿Quién carajos es este joven?-dice señalando con la cuchara de madera.

-Abuela tranquila, pareces Big Mama –Me quejo, ella me mira ahora a mí enojada.

-¿Acaso soy negra y un travesti?–dice indignada, miro a Carlos con cara de vergüenza pero él se está muriendo de risa.

-Lo siento abuela. –dije, tenía que admitirlo que es algo cómica su cara.

-Hola mucho gusto soy Carlos Villagrán. –dice extendiendo su mano a mi abuela, ella lo mira y estrecha su mano.

-Un gusto Carlos, soy María, la abuela, de esta loca jovencita.

Dice pegándome en la cabeza con la cuchara, como si hubiera hecho algo malo.

En eso escucho al bebe llorar, salgo corriendo y entro a la casa, estaba en su cochecito se le había caído el chupete, me acerco a él y lo beso.

-Hola amorcito mío. –digo besando su frente.

-Así que tú eres el famoso Ariel-dice Carlos mirándolo, sonreía como si fuera lo más lindo del mundo.

-Viste es muy lindo mi hijo-dije riendo orgullosa de mi Ariel.

-Demasiado –dice él sonrió de oreja a oreja él me mira-Pero...Están lindo que... ¿Segura es hijo tuyo? No te lo habrán cambiado...-dice riéndose.

Le pego en el hombro. Eso no me hizo gracia.

-Alto –Dice el poniendo su mano en mi cara cubriendo casi por completo mi rostro.- No a la violencia de genero. – Dice él y le volví a pegar en el hombro.

-Será no a la violencia animal. –Dije él cambio su sonrisa por una de fastidio.

-No me simpatizas –dice enojado.

-Hey no te enojes, me ibas a invitar a comer. –dije mientras pestañaba como si tuviera cinco años.

-Cierto ¿Ya estas lista?-Me pregunta dándose vuelta y sonriendo.

-Que bipolar –Dije riendo el asintió –Espérame me voy a cambiar la remera. –Dije.

-Adiós Ada, adiós Carlos, chau mi bebe lindo. –Dice abuela saliendo por la puerta de la calle.

-Ya vuelvo, ponte cómodo-Le dije él se sentó en el sofá.

-¿Puedo ver la tele?-me preguntó. Creo que se siente cómodo.

-Si claro –dije.

Acomodo a Ariel en brazos y subo las escaleras, despacio desde que nació Ariel le tengo terror a las escaleras.

Entro a mi habitación y dejo a Ariel entre almohadones, él se acurruca contra mi sabana y se duerme ¡Que bebe más dormilón! Me recuerda... a Alexander, como le gustaba dormir todo el día...Pienso, como odio encontrar comparaciones con él, ojalá mi hijo si sea buena persona y no un idiota como el padre.

Me saco la remera del trabajo, levanto mis axilas...Uff...Corro hacia el baño con el corpiño puesto y me lavo, de paso me depilo me lavo la cara, vuelvo a mí cuarto miro a Ariel descansar.

Me pongo desodorante, perfume.

Me pongo una remera de mándalas blanca con negro, me cambio el pantalón por un jeans azul oscuro roto en una rodilla y mis zapatillas.

Me peino y me ato el pelo en una coleta alta.

Busco un bolso, en donde pongo las cosas, para Ariel, pañales, cuatro pares de pantaloncitos, cinco remeras, tres buzos, tres pares de escarpines, cuatro pares de medias y un gorrito por las dudas ya que hace frio.

Voy al cuarto de Ariel (con Ariel en brazo ) y lo pongo en su cuna mientras selecciono la ropa un pantalón gris, una remera gris una frase en inglés y un gorrito de lana negro con dos tiritas, en sus piecitos pongo una zapatillas negras re lindas, que compre el otro día en el súper .

Vuelvo a mi pieza con mi hijo en brazos, me mire un segundo al espejo.

Me veo cansada, con ojeras, un poco desaliñada más gorda que hace nueve meses, mis piernas siguen delgadas pero ahora tengo un pequeña pancita .Tengo estrías en donde antes no tenía.

Pero no me quejo, esos son cambios que tuvo mi acuerpo al tener a Ariel al tener al bebé más hermoso de mi vida, a mi hijo, ser madre es duro cansador, agotador, pero al final es un regalo. Miro a Ariel que sus ojos azules me miran concentrados, no me importa el dolor que pasé hace un tiempo, solo me importa mi hijo.

-Te amo hijo. –Le dijo besándolo en su frente.



vestimenta de Ariel

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

vestimenta de Ariel

Mí jefe, el papá de mí hijo [1]Where stories live. Discover now