Untouched © // Larry Stylinson

I Prologo I

Harry tamborileaba su lápiz contra la mesa de la cafetería Camelia. Su mirada estaba fija en el chico de la mesa de al lado. Sus ojos azules hacían que los nervios del rizado aumentarán y su corazón sintiera que podría explotar si tan solo sonreía un poco.

Trago seco al sentir la mirada del chico sobre el. Si tan solo supiera lo que estás a punto de hacer.

¿Por qué ese chico hacia que su estómago sintiera un torbellino de mariposas?
Harry nunca había creído en el amor, y la razón era que jamás había sentido amor por nadie en su vida, desde pequeño había leído en libros lo que era enamorarse, sentir "mariposas en el estómago" y actúar como estúpido todo el tiempo. Pero jamás creyó que se sentiría de esa manera al ver a un chico.

Rasco su cabeza un poco y alzó la vista otra vez hacia el chico. ¿Qué diablos tenía? Lucía como un adolescente, debía tener 16 años, tal vez menos. ¿Por qué sentía la maldita necesidad de mirarlo a cada momento? No lo sabía.

Sus miradas se conectaron y ambos sintieron una gran corriente eléctrica correr por sus venas, fue tan liberador y cautivador que ambos volvieron a la vida, era como si todo el tiempo hubieran estado viviendo vacíos y muertos.

Harry sonrió nervioso. Louis lo notó, se levantó de su lugar aún con la mirada fija en el otro. Traía puesto un pantalón de mezclilla pegado a sus piernas junto con una ramera negra que dejaba al descubierto sus tatuados brazos, junto con sus vans Negras. Respiró profundamente, Tomó su té y caminó hacia la mesa del mayor.

No sabía que era lo que lo estaba impulsando a ir hacia la mesa del otro. Era como si algo lo estuviera jalando hacia ese chico sentado en medio de la cafetería, ese extraño chico vestido de un pantalón negro ajustado, una camisa de mezclilla y botines cafés.

Parecía que sus piernas se movían solas hacia su dirección.

Ambos corazones amenazaban con salir de sus cuerpos para poder juntarse. Ninguno de los dos sabía que diablos estaba pasando, era emasiado extraño y aterrador.

La respiración del ojiazul se aceleraba con cada paso que daba y sus manos temblaban cada vez más. ¿Quien era él y por qué quería ir a hablarle?

Por otro lado El rizado tenía miedo y sentía que una parvada de pájaros volaban sin cesar por todo su cuerpo, la cafetería estaba hasta el tope de gente pero ellos sentían que ya no había nadie más en el lugar, se encontraban cautivados y conectados con la mirada esperando por más, esperando su toque.

Al fin llegó a la mesa y ambos tragaron duro, no dijeron ninguna palabra, no había necesidad de decir nada, sus ojos lo reflejaban todo.

¿Alguno de los dos creían en el amor a primera vista? No lo hacían, no antes de mirarse. Todos sus miedos y preocupaciónes se había desvanecido, y en cambio ahora los gobernaba una increíble paz y libertad.

Harry necesitaba poder tocar alguna parte de Louis, y Louis necesitaba el toque de Harry en el con desesperación.

"Ho- Hola" tartamudeo Harry. Louis Sonrió y se contrajo al escuchar su voz. Joder, su voz era la maldita gloria.

"Hola... Soy Louis" El corazón de Harry se derritió al escuchar la melodiosa voz del castaño e inevitablemente un suspiro fue robado de sus labios, haciendo que se sonrojara un poco.

"Maldición. Que Vergonzoso" pensó Harry apenado.

Un ruido sordo los hizo salir de su bella nube. Dos hombres encapuchados habían entrado al lugar ( uno más alto que el otro) y acto seguido dispararon al techo, los gritos de todos los presentes inundaron el lugar y Harry automáticamente jalo del brazo a Louis poniéndolo detrás de él y protegiéndolo con su cuerpo.