|Capítulo 1|

444 46 2
                                    

California- San francisco.

Estados Unidos.

En la actualidad.

Alexa

El sonido de la alarma me hace despertar de mi profundo sueño.

¿Por qué me torturan de este modo?

Saco la mano de abajo de mi suave sábana y con un golpe apago la bendita alarma.

—Está mucho mejor —susurro y me vuelvo a acomodar en mi calentita y cómoda camita.

Me quedo de nuevo dormida, tanto que no me doy cuenta cuando mi amiga entra de pronto a mi cuarto.

—A ver, no, no y no. Tú te levantas ahora mismo —. Escucho esa vocecita chillona retumbar en mi cabeza que por un momento creo que estoy soñando, pero me despierto completamente cuando me doy cuenta de que no es así.

Megan invadió de nuevo mi cuarto.

— ¡Megan! —chillo exaltada cuando me sorprende la luz del día estampar en mis ojos—. ¿Quién te dejó entrar? — pregunto fastidiada cuando veo que ella abre por completo las cortinas de mi ventana.

—Pues quien va hacer.... —me saca la lengua en forma de juego—. Obviamente que la queridísima de Mari —me mira y rueda los ojos. Hace una pausa y cuando creo que ha acabado grita—. ¡Arriba, arriba! —se acerca a la cama, me hala la sábana y me sacude como loca.

—Nooo... hash —lloriqueo como niña pequeña—. No me quiero levantar, aun tengo sueño.

—Siiii, tienes que hacerlo —pone la misma cara que yo y hace pucheritos.

Se va a arrepentir algún día de hacerme esto, ya verá.

—Está bien —bufo derrotada y ruedo los ojos para luego incorporarme de la cama con pereza.

— ¡Uy! —Megan hace una mueca de disgusto—. ¿Quién te viera así? Pareces una bruja —comienza a reírse en mi cara.

Agarro una de mis almohadas y se la lanzo.

— ¡Estúpida! —le digo y hago que salga de mi cuarto porque le lanzo más almohadas, las cuales quedan tiradas en el suelo ya que mi amiga sale corriendo rápidamente por la puerta al pasillo.

— ¡Te espero abajo! —me grita entre risas mientras escucho como baja las escaleras.

—Está bien —comento—. ¡Déjame comida! —le grito para que no toque mi desayuno.

Me levanto aun soñolienta y voy al baño a ducharme.

Megan es mi mejor amiga, la conozco desde que llegué a los Estados Unidos. Las dos teníamos doce años cuando nos conocimos en el instituto, ahora llevamos seis años de una alocada amistad. Ya ella es parte de la familia, mamá la quiere como si fuera otra de sus hijas.

Todos los días es lo mismo, ella llega a mi cuarto y me despierta. Es como mi despertador personal, porque el cacharro que tengo como despertador casi nunca lo logra.

Me doy un baño de agua fría para comenzar mi día activa.

Hoy tendremos que realizar un trabajo referente a las empresas más reconocidas del país a nivel nacional e internacional.

Vivimos en San Francisco, Nort Beach. Estamos estudiando el último año de secundaria y por lo tanto tenemos que entregar un informe sobre una empresa de nuestro agrado, ese dicho informe será evaluado como el proyecto final y también para comenzar nuestras carreras empresariales. Megan y yo queremos estudiar lo mismo, queremos llegar hacer grandes empresarias.

Olvidemos al mundo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora