La última vez que amé a alguien, mi corazón terminó hecho pedazos. Fragmentos, en eso se convirtieron mis pensamientos y mis sentimientos. Entonces, llegó él. Se arrodilló sin que nadie se lo pidiera, me sonrió y en silencio me ayudó a recoger los pedazos de mi corazón. Me enseñó que en esta vida no se depende de nadie. Que las promesas no se deben de romper. Que un "estoy bien" no se dice a menos que realmente lo estés. Me ayudó a ser mejor persona. Me amó de una forma única. La persona que me lastimó se encargó de encadenar mis alas, porque quería volar mientras yo lo miraba desde la tierra. Pero él hizo lo contrario, me ayudó a alzar mis alas, él voló a mi lado, él no me abandonó.
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50 cosas que todos hemos sentido
PoetryNacidas en las noches de insomnio y tristeza.