Sabia, y gracias a Bill, que la excitación ponía el pulso sumamente rapido y que la sangre viaja más a los órganos sexuales. Ahora la pregunta era si es que podía sentir ello con su lengua y labios.

¡Dios! Se sentía como una ninfomana, al querer más y más de el, anoche tuvieron sexo hasta el cansancio, ya olvidaba si se corrió cuatro o cinco veces gritando su nombre sin importancia alguna a que fueran escuchados. Su garganta se pudo hacer añicos por ello.

Pero en verdad, sus músculos interiores estaban contraídos y húmedos de solo pensar en la idea de regresarle el favor que este le hizo ayer. Su lengua se sentía tan bien, ella quería hacer lo mismo pero con el.

No le daba asco o desagrado el llevarlo a su boca. La cosa era que nunca lo había hecho y no sabia con toda seguridad si estaba bien realizado o no. Pero, que mas da, uno aprende rápido con empeño. Quería regresarle el favor y lo haria nivel a nivel. No se iría al extremo.

Decidida a ello se inclino en la cama y empezó a repartir besos en la punta de este percibiendo un poco del sabor del líquido preseminal. No le pareció ni fascinante, ni malo, solo peculiar. Quizás esa era la palabra más  indicada para describirlo.

Siguió así alzando la vista a Bill quien seguía dormido y con los labios entre abiertos soltando suspiros y jadeos. El morbo le animo y dio una lamida desde la base hasta llegar a la rosada cabeza que ansiosa ante su toque dejo brotar unas gotas que gustosamente acepto y degusto.

No aguanto más a la tentación que tenia, abrió bien sus labios y hundió el duro falo en su caliente y húmeda boca. No lo hizo ni brusco ni desesperado, lo hizo con calma y sin perder la vista de Bill quien soltó un jadeo aun dormido. Pues este pensó que solo era un sueño, un muy buen sueño.

Irina bajo la vista y se concentro en lo suyo, manteniendo su boca ocupada y una mano subiendo y bajando por ese duro miembro que se endurecía aun más por sus caricias, láminas y besos. Era un frenesí de sensaciones las que recorría la espina dorsal del ojiverde quien abrió ligeramente los ojos, llevándose la enorme sorpresa de tener a Irina entre sus piernas dandole tanto placer, al igual que a ella misma, con la mano libre masajeaba su sensible centro.

Quizo gemir del gusto pero lo reprimió y se concentro en verla hacer un gran trabajo.

«¿Como es que sabe hacer esto? ¿Y tan bien?» Penso ya que sobre todo no quería forzarla a hacerlo, pero maldición su boca era deliciosa. Su lengua... ¡Joder! Le acariciaba y brindaba placer como nunca antes sintió en un oral. Ella lo hacia a un ritmo tranquilo y delicioso.

Bill bajo una de sus manos para dejarlas en la cabeza de ella y acariciar su cabello mientras ella le seguía proporcionar placer.

Irina se sobresalto, pero en vez de parar, le dio una mirada picara y hundió lo que más pudo de el en su boca evitando el ahogarse. Escucho el ronco gemido proveniente de el quien dejo su cabeza hacia atras un momento para soltar un suspiro, ella sonrío orgullosa por lo que provocaba.

Bill trato de modular algo pero no pudo por los jadeos y gemidos.

Pensé que estaba soñando —Solto en un murmullo mientras su pecho se encontraba subiendo y bajando por el pulso acelerado.

Irina quito el miembro de su boca provocando un sonido de «Pop» para verlo con un rubor en las mejillas. Deducia que ella igual se encontraba así, solo que con la boca semi abierta y viendo como brillaba el duro falo a causa de su saliva.

Este palpitaba y se encontraba tan duro como tentador.

¿Quieres seguir soñando o quieres hacerlo en realidad? —Pregunto de la manera más sensual y acariciando con su dedo incide la punta en círculos. A Bill se le escapo un gemido al sentir el tacto de ella.

Hᥲᥣᥣoᥕᥱᥱᥒ PᥲrtყWhere stories live. Discover now