En la Montaña

1.5K 108 59
                                    


Ranma y "Ryoko" salieron de la casa de los Tendo bajo la mirada preocupada de Akane. Tenía un mal presentimiento de todo esto y no podía evitar sentirse algo confundida por todo lo que había sucedido.

Ryoga no le había dicho a nadie que tenía una hermana, aunque claro, él era muy reservado sobre su vida y su familia. Todo lo contrario a cuando se trataba de sus sentimientos. Él solía ser honesto y sincero en su cariño a pesar de su timidez. Solo esperaba volver a verlo... conociendo a Ryoga, su rechazo le haría querer marcharse para siempre.

...

- Ryoga... yo... - Ranma trataba de forma sobrehumana de animar a su amigo, pero esta vez en verdad estaba triste. Ya lo había visto mal antes, cuando tuvieron ese combate para probar el rugido del león, pero esta vez era diferente.

En esa ocasión, Ryoga le había pedido a Akane que le dijera que lo odiaba, así que muy al fondo de su corazón sabía que no era cierto, y cuando Ranma le dijo que ellos se habían besado él pudo confirmar después que eso era mentira. Por eso, Ryoga había renovado su esperanza de que Akane se enamoraría de él algún día... pero ahora... ella le había dicho claramente que sus sentimientos no iban a cambiar y que estaba enamorada de "alguien más"-

Ryoga podía ser ingenuo pero no un estúpido. Era obvio de quien se trataba... y era él el que sobraba en todo esto.

- Ranma no trates de animarme. En verdad te agradezco tu ayuda pero... eres la persona que menos quiero ver en estos momentos. Será mejor que vuelvas a tu casa. Akane te espera - susurró la última parte. No estaba seguro pero, el estar en cuerpo de una mujer lo hacía mucho más sensible de lo normal, y eso era demasiado.

- ¡Ya dije que iba a acompañarte! ¡No pienso dejarte solo en ese estado! -

- No debes sentirte culpable - le respondió mirándolo a los ojos - En realidad yo... siempre supe que Akane no iba a corresponderme nunca, pero... fui muy estúpido y no supe cuando rendirme. Ya tengo veinte años. No quiero seguir insistiendo en cosas que no ocurrirán - sonrió levemente - Al menos ya no seré... - iba a decir P-chan, pero ese nombre le hacía mucho daño - ya no seré un maldito cerdo - terminó y comenzó a caminar solo.

- Si que eres un tonto Ryoga, no hago esto por culpa, ¡NO VES QUE LO HAGO POR TI! - A esta altura Ranma ya estaba furioso.

No entendía como su amigo podía estar tan triste. Él tenía muchas cosas que podían enamorar a una mujer. Era fuerte, noble, sincero, modesto y un gran cocinero. Solo le faltaba la confianza en sí mismo. Pero Ryoga no era como él y debía intentar comprenderle.

- ... - Ryoga iba a responder, pero estaba llorando de nuevo.

- Escúchame bien, encontraré el modo de que vuelvas a tu cuerpo normal y después de eso yo mismo te daré lecciones para que puedas enamorar a cualquier mujer

"Ahora entiendo, porque ella se enamoró de ti" - pensó el Hibiki. La melancolía le rodeaba, pero debía ser fuerte. Al menos hasta que Ranma se marchara. Odiaba que la gente tuviera lástima de él.

----

Pasaron varias horas en absoluto silencio, hasta que finalmente llegaron a esa cabaña abandonada donde había comenzado todo. Ryoga dejó sus cosas en el suelo y salió a buscar algo de leña como acostumbraba hacer. Estaba perdido en sus pensamientos y había olvidado por completo que Ranma se encontraba junto a él.

Al pelinegro le sorprendían las habilidades que Ryoga tenía para sobrevivir al intemperie. Sabía que bayas servían para comer, cuáles no, donde encontrar la mejor leña, como armar una fogata sin fósforos, como pescar sin caña y... y era algo adorable ver a una "chica" hacer el truco de la explosión para partir rocas que le estorbaban.

Desorientado (RanmaxRyoga)Where stories live. Discover now