—¿No querías que nos divirtiéramos? Eso hago.

—Pero me refería bailando y vale sí, también bebiendo, pero con un control.

—Shh...—contesté tapándolela boca con dos dedos—. No seas aguafiestas y... vamos a bailar.

Bebí otro sorbo largo de mi bebida y cogí la mano de Daniel, guiándole hasta la zona de baile. La canción Borro Cassette de Maluma sonaba por todo el recinto, los bafles retumbaban y mucha gente se movía perreando.

Me sentía como una diosa sexy, el alcohol me había ahorrado el sentimiento de vergüenza y decidí contonearme un poco, a ver si de verdad Daniel tenía esa capacidad de contenerse de la que tanto hablaba.

Me pegué a Daniel tanto que podía sentir mi trasero rozando su entrepierna, la cual sentía que había aumentado un poco. Decidí seguir el ritmo de la canción y comencé a mover las caderas subiendo y bajando un poco, moví la cabeza revolviendo mi pelo y me giré para mirarle. Tenía una expresión indescifrable, no sabía si le estaba gustando o iba a sacarme de ahí en brazos. Sin ganas de averiguarlo seguí con mi juego bebiéndome otro sorbo más de mi refrescante nueva adicción.

Sentí que Daniel me decía algo pero la voz de Maluma me impedía escucharle con claridad ¿qué me habría dicho? ¿Alma? Tal vez... ¿Para? ... ¿Más? Me resigné y rodeé su cuello con mis brazos, empezaba a sonar la canción de Me rehúso y me atrapaba, la voz de Danny Ocean y la figura de Daniel formaban una combinación muy destructiva, atrayéndome hacia su cuerpo.

No sabía muy bien si era el sabor del Sex on the beach o el perfume de Daniel, el caso era que cada vez estaba acercándome más a sus labios.

—¿No habíamos dejado algo pendiente en la piscina? — ronroneé.

Daniel se alejó un poco de mí ¿acababa de rechazarme?

—Así no. De darte un beso me gustaría que pudieras recordarlo mañana.

Moví la cabeza dándole una negativa ¿cómo me iba a olvidar de esos labios?

—Así que te rehúsas de darme un último beso —Hice una pausa—. Pues guárdalo para que la próxima vez me lo des haciéndomelo así, así, así.

Solté unos gemidos para provocarle, Daniel soltaba unos grandes suspiros pero seguía impasible, ni siquiera la canción conseguía convencerle. Frustrada gruñí, siempre intentaba provocarme y ahora que quería ¿él se negaba? Era cruel, seguro que estaba disfrutando haciéndome la cobra.

De repente sentí como me levantaba del suelo y me llevaba hasta el piso de arriba. Intenté zafarme como pude, teniendo cuidado de no tirar lo que me quedaba de bebida, pero no conseguí despegarme de sus garras. Me sentó en un sofá de una zona un poco alejada, quedándose sentado enfrente de mí.

—¿Estás bien? —preguntó preocupado mirando mi rostro con detenimiento.

—Nunca me había sentido mejor —Le contesté riéndome—. Qué guapo estás... en estos años te has vuelto jodidamente bueno.

Me mordí el labio, no entendía por qué, pero en este rato que llevábamos en el local incluso se veía más guapo, si es que eso era posible. Empezaba a tener mucho calor, la necesidad de tener contacto con su piel era insoportable y la música no estaba ayudando. Mi mente solo pensaba en sus labios, esos labios que no paraban de moverse, diciéndome a saber qué. Pobre Daniel, ni siquiera le estaba prestando atención.

—Eres cruel, te estaba olvidando ¿sabes? Vale que Sergio no es romántico y el sexo es muy normalito pero... ya no pensaba en ti —Me sorbí la nariz, ahora tenía ganas de llorar—. Y mírame... aquí estoy, deseosa porque me beses y me hagas el amor. Te odio, no sé por qué has aparecido.

Daniel abrió la boca para hablar pero estaba tan animada y sincera que le frené, aún no había terminado.

—Me da igual lo que me digas, Daniel. Seguro que me soltarás la frase de siempre de que estás enamorado de mí y blaa...blaa...blaa —Hice el gesto con las manos y puse los ojos en blanco—. No soy un juguete. Te deseo sí, pero ya sufrí mucho por ti y, a no ser que estés completamente seguro de lo que sientas por mí, no me vuelvas a enamorar, porque será lo último que hagas.

Solté una carcajada, ni yo misma me creía lo que estaba diciendo. No había más que verme buscándole, mirando esos ojos y esa boca que tanto deseaba. Bebí otro sorbo, esta vez tan largo que me terminé la bebida.

Me levanté para bajar y pedirle otra a Pedro pero me mareé al levantarme.

—Ay... el sitio da vueltas.

Me dejé caer en el sofá y me eché cerrando los ojos, intentando ignorar los sudores fríos y las luces del local. Sentía que estaba a punto de desmayarme pero mi cerebro no quería quedarse callado.

Mirando a Daniel por un momento le dije, casi siseando —¿Aún te pone hacerme fotos mientras me desnudo para ti?

No pude escuchar su respuesta, todo se había vuelto oscuro para mí y la música se había apagado.    

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Uffff, intenso ¿verdad?

Quería recompensaros por cómo está yendo Sombras Partidas y por los bonitos comentarios que me dejáis tanto por aquí como por Facebook <3

Cualquier duda, teoría o idea que tengáis no dudéis en escribirla en los comentarios, leo todo :)

Con amor, 

Karlee D.

Sombras Partidas #1 (COMPLETA)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz