Me perteneces

II

>> Dr. Slug

El silencio que reinaba en los laboratorios era perfecto para que el científico diera los últimos detalles a sus más recientes experimentos, como un arma de desintegración que era la clave para deshacerse de los molestos héroes que no dejaban de entrometerse en su trabajo.

Se distrajo un momento para estirarse y volver a dar un vistazo a ciertas fórmulas, cuando un eco metálico lo hizo darse media vuelta.

No tenía tiempo para babosadas.

—Vamos, muéstrate, sé que estás ahí.— una sombra emergió de la pared, en silencio, mostrando la figura elegante de un joven con una máscara blanca que sólo llevaba dibujada una sonrisa. —Genial, ¿qué demonios quieres? Estoy muy ocupado para lidiar con mocosos como tú.

—¡¡Entrégate, villano de pacotilla!! Terminaré con tus planes malvados y con estos horrendos laboratorios de una vez por todas.— dijo el "héroe"con un tono demasiado forzado, como el discurso que uno practica cien veces antes de hablarlo.

Slug no quiso evitar soltar una sonora carcajada, cargada de burla.

—Ugh, ¿acaso todos van a un curso para hablar como imbéciles o algo? Las mismas palabras vacías, los mismos ademanes y amenazas con insultos elegantes y rebuscados. Es bastante patético. Cada uno de ustedes, intentos de héroes, imitando a ese idiota de White Hat...— apenas terminó de decir el último nombre, el contrario se lanzó hacia él, tomándolo por el cuello de su playera.

—¡¡No me compares con esa basura!! Soy mejor que White, yo lograré hoy lo que él no ha hecho en meses...

—Eres un novato.— ladró el científico, arrojando a los pies de su enemigo una esfera de varios tonos azulados, que al quebrarse, creó cristales de hielo de peligroso filo, los cuales aprisionaron al héroe, perforando y cortando su piel.
—Los nuevos nunca aprenden.— aseguró, regresando a su escritorio con sus fórmulas.

—¡Eres un...!

—Cállate y déjame trabajar.