Sesenta y siete (Parte 1)

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Raúl

Todo lo que esta pasando me está cobrando una factura muy cara. Mi carrera en Benfica va de mal en peor, no he estado convocado en varias ocasiones, al igual que con la selección.

No puedo asimilar aun lo que hizo Daniela y lo que está pasando con Tabata. Ya han pasado mas de 4 meses y ella no despierta.

Después de no haber sido convocado con el Benfica, decidí tomar mis maletas e ir a Hidalgo, donde Tabata se encontraba.

Al abrir la puerta de mi casa, me encontré con Paolo, un tanto nervioso.

— ¿Qué haces aquí? -pregunté viéndolo a los ojos y luego la maleta que llevaba en mano.

— Sé que irás a ver a Tabata y yo también quiero ir, llevame contigo, por favor.

— Te vas a meter en problemas -dije algo... No se, triste, se podría decir.

Paolo y yo estábamos en la misma sintonía desde que nos enteramos de lo que había ocurrido con Tabata, a los dos nos iba muy mal y realmente yo me preocupaba mas por él que por mí. Él a penas comenzaba su carrera, era un niño, y este asunto le había traído muchos problemas para su corta edad.

— ¿Ya que más podría pasar? Creo que lo peor ya lo viví... Por favor, llévame contigo -dijo una vez mas, en súplica.

No me podía negar. Para él, Tabata era algo así como su hermana mayor, entendía su preocupación por ella.

— Está bien, vamos, el avión sale en apenas un par de horas -dije y caminamos en silencio hacia el taxi que ya esperaba por mi del otro las de la calle.

Veinte minutos después ya estábamos en el aeropuerto, seguíamos en silencio, nadie decía nada, hasta que rompió el silencio.

— Sé que no somos los únicos que sufrimos por ella, Javier se a visto mal últimamente, al igual que Hirving y Fernanda. Yo no se que tanto tenga que ver Daniela en lo ocurrido y no tengo las pruebas suficientes para poder decir que ella a sido la culpable, pero si fue así, la voy a matar con mis propias manos -dijo lleno de coraje y lágrimas en los ojos que amenazaban con salir.

— Paolo, tranquilo, sé lo que estás sintiendo, la has pasado mal los últimos meses, pero los dos sabemos lo fuerte que Tabata es, va a salir de esta, te lo puedo jurar.

— Si no lo hace... Me moriría de tristeza... Primero perdí a Fer, no toleraría perderla a ella -dijo y una lágrima se deslizó por su mejilla. Me partía en dos verle así, sabía lo importante que Tabata era en su vida, al igual que Fer.

— Todo va a estar bien, las cosas con Tabata van a salir bien y lo que pasó con Fer tiene arreglo. Ten fe, es lo único que te pido.

En ese momento llamaban de nuestro vuelo, teníamos que abordar.

Subimos al avión, nuevamente en total silencio. Al llegar a nuestros lugares nos quedamos callados y cuando el avión despegó, Paolo se quedó dormido.

Pasaron las horas y al fin estábamos en tierra mexicana, que era un escenario un poco duro, sobre todo el centro de mi país.

Hacía 3 meses casi que un terremoto había azotado el centro del país, muchas personas habían muerto y muchos edificios y casas se habían derrumbado, unos por el sismo, otros igual, pero al no ser habitables, tuvieron que tirarlos con máquinas.

Era increíble todo lo que había pasado en tan solo 4 meses. Era duro para mi ver ante mis ojos tanto sufrimiento, de mis amigos, familia y de mi publo, mi país... mi México.

3 horas mas y llegamos a Hidalgo, al llegar a la estación de autobuses, un montón de personas esperaban por mi, el chisme de que había salido de Benfica sin permiso, había dado la vuelta al mundo en unas 12 horas. Evité a todo tipo de personas y preguntas, al igual que Paolo, este no era el momento para que nos estuvieran molestando, pero a ellos les importaba en lo mas mínimo. Bola de idiotas.

20 minutos mas y llegamos directo al hospital, al entra a la sal de espera, todo era gris y triste. Ahí se encontraban Erick, Joaquín, Fer, Macarena, Abraham, Kattya y Jacqueline. Todos se veían muy tristes, cuando llegamos sus caras reflejaban sorpresa, a excepción de Fer.

  — Entonces era cierto eso de que los dos se habían ido de Portugal -dijo Fer mirándo a Paolo. Muy en el fondo, ella lo seguía queriendo.

 — Era muy cierto, yo no puedo estar allá sin hacer nada -dije-

  —  Aquí tampoco hay mucho que se pueda hacer -dijo Jacqueline cabizbaja- pero sé que Tabata estará contenta de que estén de visita.

 — ¿No a despertado? -preguntó Paolo.

  — No -respondió Jacqueline de nuevo y el silencio se volvió a hacer presente en la sala. Así pasaron 20 minutos y finalmente Erick, quien se veía muy inquieto, habló.

 — Raúl ¿sabías que Tabata estaba embarazada?...

Instagram || Raúl Jiménez (Parte I) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora