Habitación 1

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-¿Cómo te llamas?

-Juan

El niño estaba sentado en una silla de metal gastada, parecida a la de las clases de un colegio, que chirriaba con facilidad en la penumbra de la habitación; de pequeñas dimensiones a lo ancho pero altísima, tan alta que arriba se veía el minúsculo cuadrado que indicaba que había cielo, si te fijabas veías caer el polvo lentamente. Enfrente había sentado un hombre, sus codos descansaban sobre la pesada mesa de metacrilato. Sobre el enorme tablero descansaban dos grandes montones de papeles bien puestos. En el extremo, al alcance de la mano, había dos almohadillas; Sobre la de la izquierda había una pluma y en la derecha un compás. El niño se fijó que en un ventanal elevado –zona reservada a los familiares- se distinguían las siluetas de sus padres. Las paredes cubiertas de cuadros opacos no decían nada.

Terminó de rellenar las hojas de papel con el lápiz y se lo entregó con seguridad. Hubo un momento de silencio, seguido de un siseo intermite e incomodo provocado por los labios del señor.

-Tienes de media un 9,5. Enhorabuena dijo sarcásticamente.

-Muy bien, dijo él por lo bajo.

- Sólo queda un último detalle... elige uno, dijo señalando los objetos. El niño le miró con cara de conformidad, índice de que sabía a lo que se refería. Cogió el compás y se lo dio. Volvió a dirigir la mirada al ventanal y vio como las siluetas de sus padres se movían de gozo.

-Muy bien, dijo él. Ya puedes olvidarte.

Acto seguido el niño se levantó sin hacer ruido y dando botes de alegría salió por donde había entrado. 

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⏰ Last updated: Sep 13, 2017 ⏰

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