Capítulo 20 (Parte 1)

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De nuevo era lunes, inicio de semana, la rutina me mataba. Estaba sonando "Just the Way You Are" a mi despertar, me levante forzosamente, me duché, me vestí y como siempre, baje a desayunar.

—Buenos días, ¿y papá dónde está?

—Tuvo que llegar mas temprano a la oficina, tenía que dar una de sus reuniones, ya sabes...

—Oh, espero verlo en la noche, ¿y tu que harás hoy?

—Después del magnifico fin de semana juntas, debo iniciar un articulo, es muy aburrido, pero es mi trabajo. —Dijo encogiéndose de hombros.

—No creo que sea peor que ir a la escuela todos los días...

—Créeme que prefiero la escuela.

Terminé mi desayuno, me lave los dientes, y me despedí de mi madre con un beso en la mejilla, para irme directamente a la secundaria.

Entré a mi primera clase, Biología, ignorando por completo la presencia de Ruggero, seguido de una larga clase de cálculo, llegando así el tan merecido almuerzo.

Lamentablemente, el tiempo en la cafetería pasaba volando, obligándonos a volver a nuestros respectivos salones. Seguía Historia y no quería encontrarme con mi compañero de banca.

—Hola. —Dijo dirigiéndome una de sus lindas sonrisas.

—Hola... —El Sr. Cooper interrumpió nuestra "conversación" para dar su extensa y aburrida clase.

El último bloque terminó y así llegó la salida. Estaba caminando en dirección a mi auto hasta que alguien me tomó en sus brazos, me arrebató las llaves y me hizo entrar a mi auto.

— ¿Y ahora qué haces? —Dije, acomodándome en el asiento del copiloto.

—No te diré, ahora ponte esta venda y cúbrete los ojos. —Asentí me puse la venda y solo lograba escuchar los ruidos de los autos a los costados.

Esto se me hacía gracioso, quería soltar una carcajada.

—Ya llegamos, no te quites la venda, yo te ayudo a bajar. —Escuchaba los pasos de Ruggero alrededor del auto, abrió mi puerta y me tendió la mano para bajar.

—Aún no. —Avanzamos unos cuantos pasos— ¡Ahora!

Me quite lo que retenía mi visión y me encontré un hermoso lago color azul celeste. El clima era perfecto, y el sol se reflejaba sobre éste. Las aves volaban a los alrededores, y no había señal de personas alrededor. Se podría decir que el lago esperaba nuestra visita.

—Ruggero... es hermoso.

—Ven, aun falta algo. —No acercamos al lago y había una canoa.

Primero subí yo, después de unos segundos, él se me unió.

—No se remar. —Dije tomando los remos torpemente.

—No te preocupes, yo lo haré. —Sonrió.

En todo el recorrido de un lado para el otro en el lago hablábamos de nuestras familias, nuestros gustos.

— ¿Por qué decidiste empezar con esas carreras? —Mi corazón paró por un segundo haciendo que me sobresaltara.

¿Él cómo sabía?

— ¿Mike te dijo? —Era obvio, solo los chicos sabían mi vida entera.

—Si, pero quiero que seas tu la que me lo diga. —La conversación sobre mi pasado inició, pero relatársela a él era emotivo, era como si en realidad tuviera la necesidad de saberla.

QUE COMIENCE EL JUEGO  TERMINADAWhere stories live. Discover now