Se enamoraron.

No hizo falta más que una pequeña mirada para que todos se enamoraran de ese pequeño, sobre todo los padres del infante. El primero en acunarlo fue Giotto, quien apoyado en la espalda de su mirado, quien mantenía sus brazos rodeando las caderas contrarias, observaban ese tierno rostro, limpiando las pequeñas lágrimas para besar su frente con amor.

- es precioso.

- Perfecto.

- Sí que lo es.

El rubio cielo se encontraba cansado, no era para menos después de todo lo pasado, pero deseaba estar con su pequeño un poco más antes de dormir.

- Knuckle, ¿sabes qué es este pequeño?

- ¡Al límite que lo podemos ver ahora mismo!

Con una gran sonrisa, limpió las lágrimas que caían de sus ojos de la pura emoción, recogiendo al infante por unos instantes para rodearlo unos instantes con sus llamas, concentrándose para buscar el lugar donde nacería su marca, una que le marcaría como varón o doncel, antes de entrergarlo a los padres, una sonrisa en sus labios.

- Es un extremo doncel.

- Mi pequeño.

- Hump. Nadie se acercará a él.

- jajaja Alaude, solo acaba de nacer, no es para que te pongas ya de sobreprotector.

- Humo.

- Aunque yo tampoco dejaré que nadie se le acerqué.

Acomodados, vieron como el pequeño se acurrucaba en el pechode su "mamá", buscando su calidez para cerrar sus ojitos en busca de dormir mientras se llevaba su pulgar a sus labios, durmiendo prácticamente al momento.

- señores.- La matrona hizo una reverencia, viendo a todos los Vongola que se encontraban reunidos, con la baba cayéndosele al ver al nuevo miembro de la familia con sus hijos en brazos.- Necesito revisar que el infante no haya recibido daños durante el parto, no tardaré mucho.

- Está bien.- Giotto vio a su pequeño cielo, besando con amor su frente.- Nos vemos pronto, mi vida.

Si Giotto no estuviera tan adolorido, tan cansado, casi anestesiado, se habría dado cuenta de que su intuición saltaba como loca, rogándole y advirtiéndole que no dejará que esa mujer se llevará a su hijo. Pero no lo hizo.

La anciana cogió al pequeño en brazos, saliendo por unos instantes de la habitación con el pequeño, colocándolo en una canasta que había traído con comida para dejarlo oculta en esta, dándose prisa en ir hasta la salida.

- Matrona.- La voz de una de las sirvientas hizo que se girará a verla.- ¿Ya se marcha?

- Así es, ya he terminado mi trabajo aquí.

- ¡Oh, esto es maravilloso! ¿Qué ha sido?

- Es un pequeño dulce doncel, uno que se encuentra en perfecto estado y en brazos de sus padres.

- Que hermosa noticia, ¡debo decirles a los demás!

Y fue de esa forma que la muchacha se marchó sin ser consciente de que el pequeño Vongola se encontraba en esa maltrecha cesta, y que esa mujer solo estaba secuestrando al recién nacido.

No espero a que alguien en el lugar se diera cuenta de lo que pasaba, se marchó casi corriendo, adentrándose en la espesura del bosque para aparecer en una apartada del lugar. En el interior sentía algo de lástima por el pequeño, después de todo, ella necesitaba ganarse la vida y si para ello debía vender a uno de los herederos de la Vongola, pues que así sea.

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⏰ Letzte Aktualisierung: Sep 12, 2017 ⏰

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