02 Reviviendo Recuerdos

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- ¡Daniel! - Exclama Victoria una vez se levanta desde donde se encontraba sentada. - Hola, ¿cómo estas? - dice con una sonrisa en su boca mientras se acerca a él con los brazos abiertos.

- Victoria... - Murmura en respuesta, claramente descolocado por su presencia, una visita para nada esperada como solia ser cada vez que aparecia.

La última vez que ella estuvó ahí fue hace poco mas de 5 meses. Ni excusa hubo para verlo, solo fue, como suele hacer. Aún era verano y vestia una polera con tirantes morada, sin sostén, un pantalón corto color blanco y hawaianas. Sin tapujos se duchó, la voz no le tembló para pedirle el baño a Daniel, siempre lo provocaba, dejó la puerta abierta y se vistió frente a él, al querer darse vuelta para no mirarla, su respuesta fue "no es nada que ya no hayas visto", pasó media hora más abrazandolo y se fue. Sin duda es un golpe animico saber que él se derrite por ella cada vez que lo desea.

Esta vez las circunstancias no eran muy distintas, asi que cuando lo abrazó con afecto, él no hizo mas que abrazarla y sentir su cuerpo en sus brazos.

Una vez que ingresan a la casa, en la sala, Victoria se sienta cómodamente, mira a Daniel que la observa a la distancia en el umbral de la cocina, una mirada penetrante la de ambos, se estudian en silencio hasta que ella le pregunta:

- Y... ¿cómo estás?

- Bien ¿y tu? - Responde él con una extraña sensación.

- Bien... ¿y que ha sido de tu vida? ¿Cómo va el restaurante?

- Pues bien, marcha a paso firme por suerte, ¿y tu?

- Bien por suerte - Tras decir esto ella se saca los tacos que llevaba puestos y sube los pies al sillón, mostrando las generosas piernas que no era más que otro de sus notables atributos.

Daniel, evidentemente nervioso, desvia la mirada y le ofrece un café, el cuál ella acepta al mismo tiempo en el que cruza sus piernas con una sonrisa de autosatisfacción, celebrando una pequeña victoria, sabe exactamente lo hermosa que es y no duda en sacarse patido frente al hombre que estuvo tanto tiempo enamorado de ella.

- Toma - Le dijo Daniel mientras le acercaba una taza de café. Pasa por un lado y evita sentarse en el sillón de tres cuerpos en el que se encontraba su ex pareja, en cambio elige el que se encontraba a la cabeza de ella,  intentando que ella se sentara bien en el sillón y asi lograr dejar de verle la piernas. Al ver que ella no lo hace y sigue recostada sobre el sillón, con los pies arriba, bebe un sorbo y tras dejar a un lado su taza, la mira y pregúnta sin titubear - ¿Qué te trae por acá?

- Pues queria verte, ¿necesito una excusa para verte? - Victoria era directa, igual que él, una de las razones por las que se habian llevado tan bien años atrás.

- No, claro que no, solo que no esperaba verte por acá. - Responde él sin dejar de sentir la extraña sensación de hace un rato ya un buen rato viene sintiendo.

Pasan los minutos y comienzan a dejar la tención de un comienzo, Victoria se coloca lo más cómoda que le es posible en el sillón, sube sus pies descalzos sobre el brazo del sillón sin preocuparse de que su falda se subiera exponiendo aún más sus muslos, una brutal tentación para Daniel que aprovechando que estaba lejos de la visual de ella, no dejaba de mirarle las piernas, si hubiera cerrado los ojos las imagenes hubieran aparecido solas, de él recorriendo sus piernas con besos y caricias, pero no los cerraba por que sabia al que su mente queria llevarlo.

Pasa una hora y buscando distraerse de aquella situación, Daniel va en busca de su Notebook, una manera tambien de hacerle notar a Victoria que ella no era lo que llamaba su atención, aunque ella fuera la única mujer en lograr ponerlo nervioso, una vez vuelve con el computador que mantenia en un mueble afuera de su habitación, se sienta en el mismo sillón y lo conecta a internet.

Carne DébilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora