01 Deseos a la Deriva

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Podía escucharse la musica desde la calle, a Daniel le gustaba aislarse del permanente ruido de la ciudad. Se irritaba con los constantes ruidos que destrozaban sin parar la mas mínima esperanza de tranquilidad, ante ese escenario prefería escuchar una melodía antes de un bocinazo o aquellas interminables sirenas a la distancia. Era un hombre pasivo, a sus 26 años no tenia grandes preocupaciones, sobrevivía sin apuros económicos ya que tenia su propio negocio, un restaurante llamado Almas, no era una cadena multinacional pero el negocio iba bien, bastante bien.

Al ser solitario, no necesitaba preocuparse de mas que de él mismo. Su vida rutinaria lo tenia satisfecho aunque de vez en cuando reaccionaba y se decía a si mismo que eso no estaba bien, la verdad de las cosas es que no sentía la soledad por que siempre disfrutó de ella, o más bien se había acostumbrado a esta, como un pajaro se termina acostumbrando a una jaula.

Son las 20:00 horas cuando decide ir a comprar, baja las escaleras y toma su abrigo, es pleno Julio y el invierno provoca temperaturas extremas, mas de 3 grados no había en ese momento. Sale a la calle y sube al auto, al encenderlo escucha como su teléfono comienza a sonar, sin siquiera verlo avanza en su automóvil y maneja, al rato deja de sonar pero sin dar respiro ya que suena nuevamente con insistencia, termina contestando por cansancio, es Macarena una chica que trabaja en su negocio y que lo busca por algo más de lo que él desea ofrecer.

- Hola jefe - Saluda ella del otro lado de la linea - ¿Estaba ocupado?

- Hola, pues voy manejando Maca - Le contesta, agregando en tono de broma - Si me pasan una multa te la descuento a fin de mes. - Ella ríe coquetamente pero entiende que él va manejando e intenta ir al grano.

- Quería invitarlo a una fiesta.

- Oh lo siento, no soy de fiestas - Responde él, siendo honesto como siempre, sin recurrir al "tengo otros planes", por que esa era la verdad, a sus 26 años ya había probado lo que había que probar, y aunque ocasionalmente bebe una cerveza, no la tiene como prioridad en su vida.

- Acompañeme, la pasaremos bien - Insiste ella.

- No, gracias - Declina él, rechazando lo que sabia era más que una invitación a una fiesta. - Lo siento, espero que la pases bien de todas formas, cuidado con quien baila.

- ¿Si?- Ríe ella - ¿Se pondría celoso?

- ¿Y quien no si eres una niña y como tu jefe debo cuidarte, o no? - Le responde él, siguiendo con la broma.

- Pues soy una mujer, creo que ya lo sabes. - Dice ella desviando la conversación hacia otro lugar.

- Tal vez, bueno debo colgar que ya estoy llegando - Daniel sabia hacia donde se dirigía la conversación así que se siente salvado al llegar al negocio al cuál iba siempre a comprar.

- Bueno Daniel, nos vemos en el restaurante - se despide ella entendiendo que él no quería tocar más ese tema con ella, de porque desde una noche comenzó a hablarle con más cercanía

- Nos vemos Macarena. - Se despide él. A los minutos de colgar estaciona el auto y compra lo que iba a comprar, Daniel entonces recuerda aquella noche, dos semanas atrás, estaban ambos solos en el negocio, el hacia caja y ella lo esperaba, se había sacado la coleta del cabello y se había cambiado el uniforme de trabajo por una escotada blusa color marfil, una falda corta de un color grisáceo y sus usuales tacones altos. Tenia 22 años, trabajaba mientras estudiaba Técnico Agrícola en una universidad cercana. Veía a Daniel concentrado así que decidió actuar, llevaba dos meses ahí y no quiso seguir esperando a que Daniel la sedujera. Dio la vuelta al mesón e ingresó para posicionarse detrás de Daniel. Él sabia que ella estaba ahí, pero omitió cualquier respuesta a sus movimientos hasta q ella comenzó a masajearle los hombros.

Carne DébilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora