Rash

1K 82 35
                                    

Nada más acercarme pude ver como de la lisa pared iban apareciendo una especie de grietas que daban forma a un cuadrado perfecto. Cuando paró de resquebrajarse el muro una parte de este empezó a emerger en forma de un cubo.

Tenía una tapa blanca como todo lo demás y Harvey se apresuró a colocarse detrás de mí para abrir a su vez la extraña caja. Instantáneamente me vino un olor fuerte y desagradable de lo que parecía ser una especie de puré caducado.

Debía de ser una ración de comida, dándonos a entender que íbamos a quedarnos más tiempo del que esperábamos encerrados en esa habitación. Dado el olor reacio de aquel plato decidí alejarme hasta la otra punta del cuarto, aunque no fue de mucha ayuda.

- No sé tú pero yo no pienso tocar eso... - dije inconscientemente en voz alta.

- Bueno, cuando tengas hambre no vayas quejándote como una niña pequeña.

Nada más Harvey cogió el plato de lo que fuese eso, el cajón empezó a retroceder para volver a su posición inicial, por lo tanto me aproximé lo más rápidamente posible al lugar intentando parar el proceso.

Debido a lo patosa que soy cuando estuve a punto de llegar tropecé con el pie del chico cayendo de bruces al suelo. Sin inmutarme volví a levantarme y justo cuando quise agarrar el recipiente este se sumergió en la pared como si nunca hubiese existido.

Empecé a palpar la pared como una obsesa en busca de algún indicio de abertura que pudiese liberarnos de aquel reducido espacio. Llegué a rascar y golpear tanto la blanca superficie que notaba como comenzaba a brotar sangre de mis dedos. Las lágrimas asomaban de mis ojos y mi voz decidió desaparecer dejándome a mí incapaz de emitir sonido alguno.

Harvey al ver mi reacción se levantó del suelo y envolviéndome desde atrás me cogió por las muñecas impidiéndome continuar. Seguidamente me obligó a sentarme encima de su regazo donde exhausta quedé dormida.

Al volver a abrir los ojos vi el mismo paisaje que la última vez, todo blanco, claustrofóbico y unos ojos azules observando todos mis movimientos. Cuando me acordé de lo que había pasado instantes antes miré simultáneamente mis uñas llenas de sangre y note el cansancio posado sobre mí.

- ¿Ya te has despertado? Llevas durmiendo por lo menos dos horas, he intentado averiguar la sistematización de este lugar, saber cómo es posible que nos hayan proporcionado comida, que por cierto estaba bastante mala, pero no lo he conseguido.

- ¿ Por qué no me has dejado continuar? ¿Por qué me has parado? ¿Qué has ganado con eso? Porque si crees que ahora me caes mejor solo porque hayas retenido mis ganas de sacarnos de aquí te equivocas - mi voz sonaba indefensa y rota, me sentía furiosa por haber caído en la tentación de confiar en él.

- ¿No ves que te estabas haciendo daño? Por una vez deja tu orgullo de lado y piensa un poco, si hubieses seguido podrías haberte hecho algo mucho peor. Parecías una enferma, estabas como loca dandole golpes y arañando esa pared, no habrías aguantado mucho más.

Decidí reservarme mi opinión porque en ese momento no me apetecía discutir y así miré el sitio donde había liberado mi ira percatándome de que la habitación ya no era completamente blanca, sino que ahora había manchas rojas que adornaban el lugar.

- Harvey, ¿tú te acuerdas de lo que pasó antes de que nos encontrásemos aquí? He estado pensando en eso, sé que era algo importante para mí, pero no consigo saber el qué era y he pensado que tal vez tú...

- Yo en realidad sí que recuerdo algo...

Locked (Hrvy)Where stories live. Discover now