Traté de no darle mucha importancia a sus palabras, pero no dejaban de sonar en mi cabeza, como un mantra.
No había vuelto a decir 'te amo', se escuchaba titubeante, tímido, avergonzado por lo de ayer y yo lucia tan distinto, era un Park diferente al molesto e incluso distinto al que veía cada día.
Él realmente estaba arrepentido de haberme tratado mal o eso deseaba pensar. Que era por mí.
Egoísta.

El día pasó como el agua, Baekhyun estaba alegre y eso era raro, los últimos días lo había mirado tan estresado que ahora verlo feliz resultaba extraño.
Me aliviaba que su sonrisa volviera, me aliviaba verlo tranquilo.
Se suponía esa tarde los chicos se juntarían a jugar overwatch, cosa no tan rara, porque parecían obsesionados últimamente.
Decliné de su oferta, Sehun comenzó a molestar en voz alta —A nuestro Jongin se le va a romper el corazón porque ya volviste con Chanyeol —éste último se colgaba la mochila al escucharlo.
—Seguro no lo complaces bien Sehun-ah, por eso ya está buscando algo nuevo. —dijo en respuesta y me pasó un brazo por el hombro de forma posesiva.
Lo miré con el ceño fruncido y quitó su brazo de inmediato. —Kyungsoo es irresistible, no culpó a Jongin —continuó y Baekhyun se rió.
—¿Podrían dejar de hablar de mí como un objeto? Por eso prefiero a Baekhyun. Tontos.

Chanyeol caminaba un poco alejado mientras se quejaba del dolor de cuello que no le dejaba en paz desde hace días, además estaba en sus ojos claramente reflejado el deseo de quejarse de algo más

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Chanyeol caminaba un poco alejado mientras se quejaba del dolor de cuello que no le dejaba en paz desde hace días, además estaba en sus ojos claramente reflejado el deseo de quejarse de algo más.
—Oye, no prefieras a Baekhyun, eres mío.
—Ajá.
—Do
—"Kyungsoo es irresistible, no culpo a Jongin" —le imité, incluso en su tono de voz—"No somos nada ¿Cierto?"
Puso los ojos en blanco y me reí.
—No somos nada, pero eres mío y yo tuyo.
—Tsk... Vaya sujeto. —dije al abrir la puerta de mi casa —¿Tanto te cuesta pedirme que salgamos?
—Oye, estoy esperando el momento adecuado.
—En 80 años.
—En 30
—Tarado —me quejé.
Entrando tras él, para cerrar después, sin embargo, al hacerlo me acorraló.
—Y tuyo—insistió, pero cuando estuvo a punto de besarme lo detuve.
—Lo prometiste, Park.
—Mierda, te odio tanto.
—Ja ¿Y ahora?
—Porque eres tan malditamente irresistible. —se lanzó al sofá boca abajo y sólo pude cerrar los ojos avergonzado.
—Pon música Park, voy a cambiarme.
—Algo triste, necesito algo muy triste. —dijo sin despegar el rostro de la superficie del sofá.
Subí las escaleras y comencé a quitarme la ropa cuando Gwen Stefani comenzó a cantar Don't Speak.
Esto es malditamente deprimente Park, demasiado, ¿No ves que estamos en malos momentos y pones una canción sobre romper?

—Kyungsoo-ah, cierra con seguro o probablemente te espíe mientras te desnudas —le escuché decir desde no muy lejos.
—Haces eso y te arranco el pene. —dije en voz alta y comenzó a reírse.
—¿A mordidas?
—¡NO! —sin evitarlo, comencé a ser víctima de un ataque de risas —¡Te odio!

Había crema de espárragos en el refrigerador y tortitas de papa, se sentó a mi lado a comer y no frente a mí.
—Oye Soo.
—¿Ahora qué?
—Tienes crema en la comisura de tus labios, como no me dejas besarte debo avisarte antes. ¿No?
Puse los ojos en blanco y me limpié la boca.
—Tonto, ahí no... —dijo limpiándome con su dedo.
No dejé de mirar su dedo congelado en mi boca y tomé su mano, conduciéndolo a mis labios, no entiendo por qué maldito motivo metí su dedo en mi boca y comencé a lamerlo de forma lasciva.
Sus mejillas estaban tan sonrojadas y sus ojos tan abiertos por la sorpresa de mi acción que eso sólo logró excitarme.
—Soo... —susurró, pero en respuesta succioné su dedo, recordando la última vez que hicimos algo así de sucio —no voy a poder si sigues así. —continuó diciendo, relamiendo sus labios, sin embargo, yo sólo presioné más su dedo y lo acaricié con mi lengua.
Mandé a la mierda la sopa y liberé su dedo para lanzarme a sus labios, su rodilla chocaba con mi entrepierna por lo que cada que rozaba era un segundo más de deliciosa tortura para mi miembro apretado por la ropa.
Lo sintió de inmediato y dejó descender una de sus manos hasta mi cintura, haciéndome ir a su propio ritmo.
Dejé que mi mano se condujera hacia abajo, hasta su pecho, para continuar bajando hasta sus pantalones, pero me detuve.
—Ven, vamos arriba — le dije tomando su mano y obligándolo a levantarse del suelo donde estábamos.
Me siguió por las escaleras, hasta mi habitación donde cerré con llave y continuamos besándonos hasta dejarnos caer en la cama, él encima de mí, sin dejar de atraerme a su cuerpo.
Lentamente mi juicio comenzaba a tornarse más y más borroso, sus labios, sus dedos callosos y largos acariciando mi piel bajo la ropa, cada que abría los ojos para mirarlo me encontraba con su rostro completamente complacido, su respiración caliente chocando en mi rostro, su pecho yendo a un ritmo irregular.
Lo primero que hice fue quitarle el chaleco y luego pasar a desabotonar su camisa.
Mis dedos temblaban demasiado, tal vez me sentía ansioso, tal vez era por la excitación, tal vez eran ambas cosas, sonrió en medio del beso y sostuvo mis manos, condujo mis dedos hacia cada uno de los botones sin dejar de mirar nuestras manos.
Al terminar con el último sus ojos y los míos se encontraron y se detuvo a acariciar mi mejilla con el dorso de su mano.
Me sentí increíblemente reducido bajo su mirada, ante su cálido toque y cuando volvió a besarme, esta vez llevándome a su ritmo y no al ritmo desesperado por el que yo le llevaba.
Su lengua rozando la mía, sus labios yendo lento, tan lento que podía sentir que moría.
Sus manos una vez más en mí.
Sus caderas pegadas a las mías, frotando su parte baja a la mía.
Mis dedos aferrándose a la tela suelta de su camisa, mi otra mano en su cuello, acortando la distancia aún más.
Sentía lo duro que estaba sobre mí, yo también lo estaba, joder, sí que lo estaba, pero no quería arruinar el momento y si él deseaba ir lento, entonces así sería.
Sus dedos se colaron bajo mis pantalones deportivos y acariciaron mi trasero.
En mi cabeza se repetía un sin fin de veces "vamos a hacerlo", aunque no sabía si estaba asustado o realmente expectante a ello.
Abandonó mi boca y me sentí triste hasta que lo sentí en mi cuello, para después separarse y levantarme ligeramente de la cama.
—Levanta los brazos —dijo con voz ronca.
Obedecí y me retiró la playera, ah, así que era eso.
Por un momento creí que haría algo raro.
Volvió a recostarme en la cama susurrando lo mucho que le gustaba mi piel —No le veo nada de especial —contesté.
—Tus lunares, son... —se quedó en silencio sonriendo —hermosos. —sus ojos brillaban al decirlo.
Cubrí mis ojos con mi antebrazo, me sentí muy avergonzado. Mi rostro probablemente debía estar ardiendo.
—Oye Park ¿No vas a seguir? —dije luego de unos segundos sin sentir sus labios en mí.
—No lo sé, dijiste que si intentaba algo no podría entrar de nuevo a tu casa, debes seguir tú.
—Deja de bromear —me quité el brazo y lo vi sonriendo —Hazlo ya, te doy permiso, sigue con lo que quieras.
—Mmm... —se cruzó de hombros sobre mí —quiero escucharte decir algo.
—No intentes nada raro.
—Dime que me quieres, cada que lo dices es porque estás enojado, quiero responderte bien.
—¿Eh? Por Dios Park —intenté levantarme, pero me detuvo con una mano.
Junto mis muñecas sobre mi cabeza y se acercó a mi rostro.
—Te quiero Kyungsoo-ah.
—Te... huelen los pies. —cerró los ojos y sonrió con malicia.
Tomó mi playera y la ató alrededor de mis manos y la base metálica de la cama.
—Chanyeol, ¿Qué haces? —mi voz se quebró un poco cuando sentí mi pene reaccionar.
No contestó y se levantó de la cama. —Park... Oh, vamos.
Se arrodilló cerca de mis pies y quitó mis calcetines, el maldito comenzó a hacerme cosquillas en la planta de mis pies y eso en vez de darme risa, hizo que soltara un maldito, maldito gemido.
—¡Detente! —me retorcía, pero me detuvo y entonces comenzó a besarme los pies —¡Fe-fetichista de mierda-ah!
Mi miembro moría por su atención y él estaba ahí, haciendo cosas raras, muy raras con mis pies.
—Kyungsoo-ah es muy sensible —dijo mirándome desde abajo.
—Kyungsoo va a golpearte en cuanto lo desates.
—Es por eso que no voy a desatarte y te haré muchas cosas raras hasta que me respondas.
—¡pero ya sabes la respuesta!!
—Simplemente dímelo y acabaremos esto. —dijo entrecerrando los ojos —cinco... cuatro...
—¡No voy a decírtelo!
—Tres... —Subió de nuevo a mí y comenzó a bajar mis deportivos, acarició mi pene por encima de la tela de mi ropa interior y se mordió el labio —dos...
—¿Qué me harás?
—No lo sé, justo ahora quiero hacerte de todo.
Mi pene reaccionó a sus palabras y sonrió —Y al parecer tú deseas lo mismo.
Cerré los ojos por enésima ocasión, nunca había sentido tanta vergüenza.
Pero lo que sentí a continuación fueron sus labios y una caricia suave —No cierres los ojos Soo —empujó su pelvis hacia mí —esto es por ti, ¿No ves lo lindo que eres? —volvió a besarme —Te quiero.
Se separó y tragó saliva al verme a los ojos una vez más —También te quiero —dije finalmente y no dudó en coger mi rostro entre sus manos para besarme de nuevo.
Dejó un camino de caricias por mi pecho y mi abdomen, hasta llegar a mis caderas, coló su mano por debajo del resorte de mis boxers y finalmente me dio placer ahí.
Sus largos dedos, como en muchos de mis sueños y fantasías en esa misma cama, con él, sólo son él, esta vez era real y se sentía real.
—Quiero tocarte —dije sin pensar y me desató rápidamente.
No tocarlo de un modo sexual, sólo deseaba sentirlo con mis propias manos.
Sólo me masturbó hasta venirme.
Hasta que le dije que podía hacerlo en mis muslos, porque joder, tenía muchas ganas.
Así que me di la vuelta, yendo contra sus quejas de querer ver mi rostro y lo metió entre mis muslos, rozando mi propio pene, de inmediato me puse duro una vez más.
—Ah, Chanyeol —alcancé a decir y supuse que eso sólo le encendió más, porque comenzó a ir más rápido.
Incluso cuando estaba fuera de mí se sentía un placer colosal, no podía imaginar cómo se sentiría tenerlo dentro.
Debo decir que sí, Chanyeol lo tiene grande, me había masturbado de forma normal, nunca por atrás, pero ahora me sentía realmente vulgar por desear sentir su pene dentro de mi trasero.
Le escuché soltar un gruñido y entonces se vino, conmigo segundos después.

Le hice levantar las sábanas y me metí bajo ellas —Kyungsoo-ah, pero ya vi todo de ti, ¿Por qué te pones así? —dijo aferrándose a mi espalda.
Sentí su desnudez pegada a mi piel y tuve que pensar en miles de cosas para que no se me levantara.
—No es tu asunto —dije con enfado y me besó en el hombro.
—Tú eres mi asunto —besó una vez más —eres tan adorable que me muero —se abrazó a mi cintura.
—Basta, Yeol, basta. —dije porque me estaba rozando mucho y se rió al notarlo.
—Lo siento —continuó riéndose.
—Vístete, Park.
—Vooooy —se quejó de forma infantil, sentándose en la orilla de la cama —oye...
—¿Qué? —le oí levantarse para colocarse la ropa interior y luego se sentó de nuevo.
—Creo que me has hecho muy gay. —me di la vuelta y él miraba los estantes de libros de mi habitación.
—No me eches la culpa Park.
—No miento, sólo se me ha puesto así contigo... —dijo con voz robótica —y...
—¿Y?
—Nada, nada —dijo al volver de su ensoñación y se dio la vuelta.
—¿Entonces cómo diablos te masturbabas?
—Es gracioso... —se rascó detrás de la oreja, avergonzado.
—Park
—Si te lo digo vas a odiarme.
—No seas ridículo.
—Ah, ok, pero primero... Promete que no vas a molestarte —dijo con ojos de cachorro.
—Vale, lo prometo.
Acepté su dedo meñique una vez más y carraspeó la garganta para desviar la mirada una vez más.
Estaba preparado para oír fuese lo que fuera.
—Me tocaba pensando en ti. —dijo y sí, estaba preparado para escuchar fuese lo que fuera, menos eso.
Me quedé congelado —¿Te enojaste? —sonaba preocupado, me agitaba con los ojos bien abiertos y sólo pude sonreír sin mostrar los dientes.
Estás igual de enfermo que yo, Park.

 Estás igual de enfermo que yo, Park

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