Mientras en mi memoria estés

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"Munakata...Lamento hacer que te encargues del trabajo sucio"

-Suoh...Si supieras cuantos días me golpea la angustia de tu recuerdo-

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Frías nevadas a inicio de diciembre, eso no significaba nada bueno para lo que se aproximaba, una batalla que honestamente, prefería evadir, ya que eso llevaría a que mi ser, mi alma...mi carácter se quebrantaran por algo tan importante que estaba en mis manos resolver...detener a esa persona que ha sido siempre la más importante para mí y sin embargo, no se ha percatado de lo perdido que estoy por querer...no, no debo decirlo, aunque es bastante obvio, bien, lo diré, quiero estar a su lado, porque no tiene la grandísima idea de cuanto lo amo y sin embargo, lo único en lo que su cabeza dura es capaz de pensar es en el cómo y de qué forma lograra dar su venganza contra ese individuo que destruyo la vida en segundos de su mejor amigo, Totsuka Tatara y que hemos estado persiguiendo durante semanas.

Los escombros, el cansancio, la respiración agitada que provocaba que el vaho se escaparan de ambas bocas al estar luchando frente a frente y yo...con la preocupación de que la espada de Damocles fuera a caer en cualquier momento por culpa del idiota al que intentaba detener. Baje mi espada, de nada servía, no deseaba seguir peleando con él, intente hacer de todo hasta razonar con palabras bien sabiendo que el león que Mikoto llevaba dentro no se regía exactamente por actos tranquilos, era el fuego puro.
"Suoh...comprende que esto no está bien" Ni siquiera me dejo continuar cuando vi esa expresión aburrida y desafiante, su posición de combate lo decía todo, ja, tan salvaje como siempre.

-Me estas bromeando..Munakata, ¿Vas a venir a sermonearme? -

-No es un sermoneo- Realmente...intentaba hacerle entrar en razón, Lo deseaba, Lo Anhelaba.

-No te estoy hablando ahora como tu rival o tu enemigo...te vengo a hablar como...- No podía decir amigo, me dolía a mí mismo decir esta frase incluso por esa razón que ya he mencionado, mis sentimientos son tan grandes, que incluso mi orgullo puede ser doblegado como ahora mismo se presentaba en mí, frente a el...seguro yo dando la máscara más afligida posible y la más honesta, a lo que él se confundió e incluso quizás llegaría al punto de desesperarse pero se de antemano que en el fondo, el también estaba dolido, dolido por su propia naturaleza explosiva.

- Suelta lo que tengas que decir Munakata- Su mirada, llena de dolor, llena de arrepentimiento, lo decía todo. Por favor, esperaba que admitiera el amor que me tiene y dejara todo este asunto de barbaros de lado ¡De una vez por todas!.
-Aun así lamento el que no puedo llegar a escucharte como tú desees- Y su rostro pintaba la verdad de arrepentimiento, pero si era así, ¿Por qué seguirlo haciendo, Suoh?

-Sabes lo que conlleva dejar caer la espada de Damocles, crearas un nuevo cráter Kagutsu! ¡Mataras a todos a la redonda! Suoh...deja esto a un lado o..me llevaras a tener que exterminarte- Su risa resignada me dolía al alma. Me gustaría...que yo también le importara como Totsuka y de hecho, pensé que así era, pensé que dejaría las cosas de lado, la venganza se esfumaría de su cabeza y yo no tendría que mancharme las manos. Que equivocado estaba.

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"¿De verdad...dices amarme?" Se me cerraba la garganta por las pocas escenas tranquilas que vivimos. Épocas primaverales, bajo los cerezos floreciendo en una hermosa danza de color rosa en un parque cercano a la escuela a la que asistíamos, sin saber que el cruel destino nos golpearía de esta manera siendo nosotros unos pubertos inconscientes de la dura adultez y la realidad del mundo al caer enamorados uno del otro. Tu confesando el "Si te amo, Munakata" Y atreverte a darme ese primer beso que jamás olvidare sin importarte que yo fuera un "ñoño" inexperto y tú el animal brabucón que en toda escuela se encuentra. Poco importándote lo mucho que te mirarían por cambiar tu rudo aspecto y galán con las chicas para tener una relación conmigo asegurando lo seriedad del asunto y cuanto presumías el que algún día en el futuro llegaríamos a algo más que una relación de mano sudada. De verdad...no tienes idea de cuan feliz estaba en el fondo de saber eso de tu parte, cual ilusionado como chico tonto de pensar la posibilidad de llevar anillo al dedo y decir el "si te acepto".
Todo se vino abajo como un espejo romperse en mil pedazos al instante en que nos separamos y esa batalla final llego sin avisar, la muerte y la ira obligándote a lo peor que era invadir la calma y la paz de una ciudad....hasta llegar a esto.

El sonido del caos, el sonido de mi espada atravesando al ser que yo tanto ame por la decisión que el tomo, ha sido el recuerdo que tengo cada mañana al despertar y resuena la alarma del reloj digital, cada que alzo mis manos y ahí está la alucinación de las marcas de la muerte, tu sangre grabada en mi piel. Cierro los ojos y no puede evitarse, la escena de tu sangre derramarse en la blanca nieve que queda manchada de carmín. La ultima calidez del acercamiento de tu cuerpo...tu aliento. Diciéndome "Lo siento"

Los sollozos, los gritos, el llanto ahogado no se detienen escapando de mis labios, aun recostado sobre la cama que admito que alguna vez dormiste. Las lágrimas empapan con fervor la almohada donde mi cabeza descansaba y se me escapa de los labios tu nombre. –Suoh- Es tan doloroso decir tu apellido. Es tan doloroso saber que no podre sentir más el calor que emanaba de tu cuerpo y era tan cálido en mis instantes más helados.
Miro la hora y son recién las 6 de la mañana de ese día en que acabe con tu vida. El aniversario de tu muerte. Tras levantarme, procuro realizar mi vida cotidiana al pie de la letra, como era mi costumbre, bañarme, vestirme e irme a trabajar a la zona de Scepter 4, sigo siendo el capitán y el Rey azul, encargado del orden, mas no pienso olvidarte, así que en vez de ir directo a mi trabajo, como cada año, paso a la florería dejando que en el camino me invadan las memorias de nuestros mejores instantes. Entre ellos, los últimos que te disfrute, curiosamente....
–Ahora entiendo por qué te dejaste capturar- Y fue que comprendí la lucha interna que estaba llevando, la de sacrificarse y no volver a ser una amenaza o mantenerse tranquilo y aprender a controlar su fuego interno.

"Poder mantenerme aquí si me vigilas las 24 horas, Munakata"

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<<melancolía, nostalgia>> Susurraban las hojas de los arboles cercanos a las tumbas silenciosas y que solo los acompañantes podrían ser pajarillos y algunas ardillas que se atrevían a pasear por los alrededores y miraban curiosos a las personas que visitaban a sus seres queridos que dejaron la tierra antes para descansar quien sabe que parte.
Olor a incienso por respeto al alma pura, eran mis tradiciones ante el recinto de Mikoto Suoh. Me hinque y juntando las manos llevaba a cabo una oración. No era exactamente muy religioso que digamos, pero no se estaba de más el poder pedir bien por el alma del amor que nunca podré olvidar. En mis manos, llevaba el racimo de flores que siempre me atrevía a comprar y que el dueño ya las tenía listas para mí, por ser un cliente anual, más que frecuente y además de ello por ser alguien reconocido en la ciudad, esas eran buenas ventajas. "No me olvides" El nombre de las flores, no soy narciso, mas, sé que el color azul que estas poseen, a él le gustarían, porque sin importar que, le recordaban a mí. No soy yo quien lo dice, él lo mencionaba.

Pasar el tiempo junto a ti, aunque no estés presente físicamente, es algo que me llena, no soy depresivo para pensar dejar este mundo tan pronto, aún hay muchas cosas tengo que hacer y estoy seguro que no me pedirías quitarme la vida, más que disfrutar lo que tú no pudiste hacer. Acomplejado, aun me arrepiento de no ponerte más atención, de que pedías a gritos por ayuda y un auxilio de desquitarte por tener poderes que dañaban a los que amabas y a ti mismo, que no lograrías seguir adelante y necesitabas mi apoyo incondicional.
–Que estúpido eres sabiendo que lo has tenido siempre- Le dije en regaño.

-Capitán- Ahí estaba Seri, quien me había hecho el honor de acompañarme, eso porque tenía el miedo de que me quebrara y realizara algún acto en contra de mi propia integridad física. –Voy en un momento, Awashima kun, terminare de despedirme de mi amigo- Por que a final de cuentas...para ser amantes, algo de amistad lleva y sea perfecto en todo el sentido de la palabra.

Esto no es un adiós, sino un hasta luego, y lo sabes, pues siempre que vengo, puedo sentir tus brazos de nuevo...mi cálido...Suoh.  

&quot;Mientras en mi memoria estés&quot;Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin