–Parecían mirarte feo.

–Lo hacían.

–¿Qué pasó?

–Nada, está bien. No me importan. 



–¡Mentira! –exclamó Claire por teléfono

–Verdad –dije dejando soltar una risita. 

–Ay, por Dios, seguro te estabas tentando a muerte, y además, como si te importase el imbécil de Jason –la verdad es que sí me importaba.

–Algo así, piensan que me importan, por Dios... –acoté mientras agarraba un Dorito y lo untaba en queso cheddar. Escuché a mi mamá llamarme para la cena y entonces le dije a Claire: –Escuchame, tengo que ir a comer, nos vemos el lunes –corté antes de que pudiera contestar. 

Cuando terminé mi silenciosa cena, me dirigí a mi cuarto para empezar el poema. Usualmente no estoy inspirada, así que era ahora o nunca. Después de mi charla deprimente –si así podía decirle– estaba con muchas ganas de escribir. Solo dependía de mis sentimientos, un cuaderno y un lápiz.

Cerré mis ojos y me dejé llevar. Escribía sin pensar sobre la hoja lo que mi mano creyera mejor, no sabía ni lo que hacía. Esto fue lo primero que salió de mí: 

"Odio que me hables

Y tu forma de conducir.

Odio tu corte de cabello

Y lo que llegue a sentir." 

Abrí los ojos para ver lo que ya tenía escrito. Sí, un poco corrida mi letra, pero no estaba nada mal. Continué. 

"Odio tu espantosa sonrisa,

Y que me conozcas bien.

Te odio hasta vomitar, 

qué bien va a rimar. 

Odio que sepas pensar

Y que me hagas reír.

Pero más odio todavía

que no te pueda odiar, 

aunque estés tan loco,

ni siquiera un poco

lo he de intentar" 

Nuevamente abrí mis ojos. Me tomó nada más que 5 minutos escribirlo. Era una obra maestra, podría decirse que es un poema de Shakespeare escrito en el castellano actual. Lo alcé mientras sonreía, era perfecto, era exactamente lo que quería que Jason oyera. No podía esperar a que lo leyera y se sintiera tocado, y además sacarme un 10. 

Me quedé un rato más con la computadora y me fui a dormir, quería despertarme el domingo tarde así se me pasaba el fin de semana rápido. 


Llegué al colegio y me encontré a Jason apoyado contra su locker. Le sonreí, y él empezó a reírse, como si tuviera algo vergonzoso en mi cara.

–¿Qué te pasa?

–Decime vos, chorra –salió Summer caminando de la clase con los brazos cruzados, antes de apoyarse al lado de Jason contra el locker

–¿Qué te pasa, Summer?

–¡A vos qué te pasa, pelotuda! Si tanto te querías quedar me hubieras dicho, no hacía falta que te lleves mis llaves. –¡¿Qué?! ¿Cómo se había enterado? El único que lo sabía era... no, Jason no... no es capaz –Dejame revisar tu bolso –dijo, mientras buscaba entre mis cosas hasta que sacó sus llaves –decime, ¿qué es esto?

Within Hate (Español)On viuen les histories. Descobreix ara