Prefacio

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Silencio, todo cuanto había a su alrededor era sombrío y silencioso.

En medio de un inmenso túnel iluminado solo por las sombras se divisaba una pequeña cama cubierta con sabanas blancas. Sobre ellas, una joven de rostro apacible y tez clara dormía plácidamente cuando una luz tenue hizo su aparición. Como un fuego fatuo la pequeña criatura cubierta de llamas azules se deslizó entre la nada llenando el espacio a su alrededor con una luz cálida e incitadora y posándose suavemente en el hombro desnudo de la muchacha que todavía tendida se rehusaba a abrir los ojos a pesar de la insistencia del pequeño lucero.

Despertó, pero esta vez no estaba rodeada por sombras y sedas sino por las paredes de su habitación. Abrió repentinamente los ojos y por un desconcertante momento se preguntó si esta sería la realidad o solo otra parte de su ya recurrente sueño. Respira profundo, observa el techo y se dispone a contar las estrellas fluorescentes en él mientras espera que todo vuelva a la normalidad. 1, 2, 3... 15 estrellas después y está casi convencida de que ha despertado, 16,17... 28, y ya cree distinguir la ficción de la realidad, 29, 30... 32 y esta casi dispuesta a dejar la cama. Suspira, aprieta los parpados con desesperación, suspira de nuevo y cuando abre los ojos de nuevo ya puede distinguir la luz del sol a través de su ventanal. Exactamente cuando tiempo ha pasado reuniendo la voluntad para dar un paso fuera de la habitación no esta claro, pero cuando escucha la melodía del despertador tiene claro que ha sido suficiente y tiene que continuar. Si las hadas quieren llevarla a vivir una fantasía tendrán que esforzarse más...

Romance for the Five KingdomsWhere stories live. Discover now