VII

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"Como hojas de otoño, te sientes ligero como marchitado,

A lo lejos te percatas de alguien que se encuentra en invierno,

No te importa si lo que imaginas en tiempos de lluvia,

Lo cierto es que miras el cielo gris. "

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CAPÍTULO VII

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"-Abuelo, no quiero seguir en este lugar -hablé en tono asustado y frío.

No solo me refería al hecho de que no quería estar en ese lugar, también al hecho de que quería ver a Helen y a mi madre.

Quería que ellas estuvieran bien, que al momento de salir del hospital nos iríamos lejos.

Recuerdo como mi cuerpo se volvió frío al recordar lo que había ocurrido, lo que había causado mi error.

"Huir, escapar de ese horrible monstruo que nos lastimó demasiado." Esa ya no iba ocurrir, porque lo había estropeado.

-Lo sé, pero te recuperarás pronto y vivirás con nosotros Evan, tu hermana y tú están a salvo.

Las palabras de mi abuelo solo me causaron más dolor. Si, quizá estaríamos a salvo mi hermana y yo, pero mi madre no.

Nadie entendía que para mí eso no significaba estar a salvo; la persona que me hacía sentir a salvo había sido asesinada. Le fallé.

No pude esconder ese secreto, me confió eso y no pude si quiera preservarlo el tiempo suficiente, porque fui tan imbécil al revelarlo.

-Helen está bien Evan.

No sabía que tenía lágrimas acumulándose, hasta el momento que caían por mi rostro al ritmo de mis sollozos.

Alejé al abuelo mientras intentaba darme un abrazo. No quería que me abrazara, su rostro me recordaba, aún lo hace, a la imagen de aquel monstruo.

Un monstruo que estaba listo para atacar, para destruir, y no hice otra cosa más que darle una señal para que el dolor y sufrimiento llegaran.

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¿Cómo es que un horrible monstruo como él estaba con alguien de corazón tan noble y amable como mi madre?

Esa cuestión me acompañó por los meses siguientes, hasta que empecé a creer que me estaba convirtiendo en lo que alguna vez fue.

O quizá era alguien peor. Él nos golpeaba a mi madre a mi, nos lastimó hasta que los golpes y gritos se convirtieron en parte de nuestras vidas, pero el terror era el mismo.

Sin embargo, yo fuí quién provocó que mi madre muriera, fui quien la mató.

Él se encargó de lastimarnos por años, de engañarnos.

Y yo logré que todo estallara en una noche.

Cargué con la muerte de una noble y amorosa vida, aún lo hago, y también con la desdicha de un alma corrompida.

Evan Woods.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon