Mis vecinos

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Elisa

Comencè a aceptar mi realidad, poco a poco, pero me rehusaba a salir de la casa y mucho menos de mi cuarto. Estaba rodeada de las pocas posesiones que me quedaban, y planeaba vivir entre todos mis peluches y vestidos por siempre. Mis padres se comenzaròn a preocupar cuando incluso deje de bajar a comer, y esa preocupaciòn màs el estres que estaban sintiendo en aquel momento, hizo que canalizaran todo su enojo en mì. Me tomaron del braso, me sentaron en la mesa de la cocina, me hiceron darle cuatro cucharadas a mis macarones con queso y luego me sacaron de la casa y cerraron la puerta con llave detras de mi.

- No regreses hasta que hayas hecho amigos - me dijo muy severa mi mamà.

Comencè a golpear la puerta, rogandole que me dejara entrar pero no funcionaba, despuès de unos minutos, me sente en el porche y comencè a llorar, como la pequeña niña berrinchuda que era en aquel momento.

Unos sonidos de "splash" hicieron que levantara la cabeza. En el patio de la casa de enfrente se encontraban mis vecinos. Habia una señora en una silla de playa reclinable, usando un traje de balo, lentes de sol y un amplio sombrero de paja. A lado de ella habian dos niños jugando en una alberca inflable, y una pequeña bebe gateando, jugando con una pala y una cubeta de plastico

Pude notar que me estaban obserbando, y me ruborice al pensar que habia visto todo mi berrinche. Mi mamà siempre decia que a nadie le gustaban las niñas berrinchudas. Intente limpiarme mis lagrimas y mocos con la falda de mi vestido, y desee que la tierra me comiera viva.

- Hola linda - dijo la señora que estaba sentada en la silla de playa - ¿Eres la nueva vecinita? - sonriò mientras se bajaba un poco los lentes de sol, su voz era aguda con un extraño acento, pero sonaba muy dulce.

Asentì con la cabeza.

Me recordaba a una de las muñecas barbies de los ochentas que mi mamá habia guardado en el ático de mi antigua casa. Su cara era bonita y tambien tenia un cuerpo bien delineado, su cabello era rubio y alborotado, me parece que antes se les llamaba "permanente" a ese estilo.

- Que bien - dijo la vecina - ya nos hacia falta un cambio por aquí.

Me quede en silencio, solo mirandola

-¿Quieres venir? Mis hijos parecen tener la misma edad que tu - ambos dejaron de chapotear y levantarón la cabeza para ver a su madre

- Se llaman Pattrick - dijo la vecina señalando al que estaba de pie en la picina tomando una pistola de agua - y el otro es Demian - este estaba llenando unos globos con agua, con la manguera dentro de la picina.

Mis ojos se dirijieron al bebe que comenzaba a gatear hacia donde sus hermanos tenian una guerra en el agua

- Oh casi me olvido - dijo la vecina - La más pequeñita es Daisy. Y después comenzó a reir, supuse que olvidarse de su bebe le sonaba realmente divertido, a mi me dio un poco de trsiteza.

- ¿Cómo te llamas tesoro? - me preguntó

Yo menee mi cabeza y cubri mi boca con las manos.

- ¿Eres timida? -

Volví a menear la cabeza. Ella me miro por unos momentos y luego solto un "oh". Se levanto de su silla, fue ahi cuando note que traia un hermoso traje de baño rosa brillante y un kimono amarillo casi transparente cubriendola. Se dirijio a donde estaba una pequeña hiele a lado de la picina donde jugaban los niños y saco dos paquetes.

- Ey ¡Esos son para nosotros! - grito uno, me pareció que fue Pattrick

- Ahora son mis - respondió su madre mostrandole la lengua.

¿Sera amor?Where stories live. Discover now