Algo que explicar

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- Amelia cálmate. toma asiento y te explicaré todo. No es lo que parece en realidad - Contestó calmadamente el Doctor Downey mientras seguía tocando una suave melodía en el piano.

- ¿Cómo quieres que me calme, si de pronto despierto en una cama que no es la mía, completamente desnuda y en la misma habitación que mi profesor que ¡Oh, sorpresa! También se encuentra desnudo?

-No es lo que piensas- insistió poniéndose de pie, acercándose a mí como un león se acerca a su presa.- deja que te explique - prosiguió

- ¿Q-Qué estás haciendo?- pregunté nerviosa. En realidad me encantaba tenerlo cerca y su sola presencia me intimidaba y alteraba completamente mis sentidos, pero aún seguía sintiendo que lo que estábamos haciendo estaba totalmente mal.

-Bueno... te contaré, después de que cenáramos y que te excedieras en los tragos- me sonrojé al recordar lo que había sucedido en la cena, mientras él sólo sonreía al contar la historia - luego, confesaste que te gustaría quedarte toda la noche conmigo, así que pensé que sería una buena idea que nos quedáramos en el hotel, subimos hasta acá, pero te prometo que nada más pasó, primero por qué no sería justo para ti que me aprovechara de tu inocencia,por muchas ganas que tuviera y segundo por qué vomitaste y después de eso te desmayaste... y créeme, no creo que me guste la necrofilia - se burló

-¡Oh dios qué vergüenza!- respondí totalmente avergonzada

- No tienes que tener vergüenza, estamos en confianza, por lo demás, adoré verte así, distinta a como eres generalmente- Mientras hablaba comenzaba a acorralarme entre la cama y él.

Poco a poco me había hecho retroceder mientras hablaba - No sé qué es lo haces...- Me decía suavemente, mientras colocaba mi cabello tras la oreja - ... Pero me vuelves loco cada día- Dicho esto me besó. Era un beso lento, lleno de deseo. Entreabrí mi boca para darle acceso y mayor profundidad al beso, realmente era contradictorio que me sintiera culpable por hacer esto, pero aún así deseaba más de el, ansiaba sus besos y anhelaba su contacto.

Perdí noción del tiempo y de mi cuerpo, haciendo que mis manos soltaran la sábana que cubría mi cuerpo y que separaba mi torso del torso desnudo de mi profesor. Reaccioné rápidamente interrumpiendo el beso, buscando la forma de cubrirme nuevamente, pero Robert lo impidió tomándome del mentón, obligando a que lo mirara directamente a los ojos.

- Que no te de vergüenza, el cuerpo humano y su anatomía es sin lugar a duda lo más maravilloso del mundo. No te cubras, quiero admirar la maravilla de la creación hecha mujer- Me dijo en un susurro, pasando el dorso de su mano por mis costillas. Instintivamente cerré mis ojos, mientras mi respiración se volvía más marcada.

Mi cuerpo temblaba con el simple contacto de su mano, mi respiración se entrecortaba cada vez más y más, mientras sentía su respiración cada vez más cerca de mi cuello. En cosa de segundos mi celular comenzó a sonar, haciendo que rápidamente reaccionara. Me cubrí como pude y corrí en su búsqueda.

Para cuando lo encontré tenía 7 llamas pérdidas de Aurora y había una entrante.

- ¿ Hola?- contesté sentándome en el borde de la cama

- Amelia ¿Dónde estás? Te he estado llamando toda la mañana. Pasé por tu departamento para que desayunáramos juntas, para luego irnos a clases , pero no estabas. - se notaba preocupada desde el otro lado de la línea

- Ehh... s-si es que tuve cosas que hacer y ... bueno, no volví- dije mientras admiraba como el Doctor Downey comenzaba a vestirse.

- ¿Qué cosas? ... creo que tú y yo debemos hablar. ¿Vendrás a clases?- me interrogó

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