Trabajo

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Las 9 de la noche daban cuando un rubio bajaba hacia el laboratorio donde sabia que encontraría a su amado pelinegro; después de verlo sentado frente a su escritorio, se acerco hasta el con una sonrisa en los labios.

-sabia que estarías aquí, Peter me dijo que bajaste después de comer- hablo el rubio mientras ponía sus manos sobre los hombros del hombre de barba.

-Comienzas a darme miedo Rogers, me vigilas demasiado ¿debería comenzar a plantearme un plan de escape?-comento el pelinegro con una sonrisa, sintiendo las manos del rubio en sus hombros brindándole un tenue masaje

-yo no te vigilo Tony, solo me aseguro que cuides tu salud, a veces se te olvida que también eres un humano -dijo con tranquilidad mientras volteaba la silla giratoria de su esposo para que quedara frente él, viendo como este se cruzaba de brazos.

-¿bromeas? Yo no soy solo un humano, yo soy Iron man- dijo con orgullo logrando que un tenue suspiro saliera del rubio.

-si, amor, ¿como se me pudo ocurrir eso?- rodó los ojos con cansancio, sabia que no valía la pena tener una discusión por algo así y estaba mas que seguro que nadie podría cambiar su argumento.

-¿como les fue?- satisfecho con la respuesta de su rubio, volteo su silla para continuar con lo que estaba haciendo, viendo como Steve se recargaba del lado derecho de su escritorio.

-bastante bien, Fury quedo satisfecho con nuestros resultados; los misiles fueron desactivados y nadie salió herido. - estaba feliz y Tony lo noto al momento esbozando una sonrisa.

-bueno, eso era lógico, contigo al frente las cosas tenían que salir bien- menciono con orgullo ganándose una sonrisa de su esposo, cosa que no duro demasiado.

-los halagos no harán que cambie el motivo por el que vine, vamos arriba, necesitas descansar- y ahí estaba lo que Tony había estado esperando desde que había escuchado los pasos del rubio acercarse.

-Steve, te recuerdo que yo no soy el que acaba de llegar de una misión- intento hacer cambiar de opinión al mayor, cosa que simplemente no iba a funcionar.

-no, pero eres el que ha pasado los últimos ocho días encerrado en este lugar- los tecleos cesaron seguidos de la vista del pelinegro sobre él, con el ceño levemente fruncido, como si hubiera recibido la peor ofensa del mundo

-Eso no es del todo cierto, he subido a comer y también he pasado tiempo con Peter.-dijo al momento que volvía a lo que había estado haciendo minutos antes.

-Tony- oh no, tono de reproche, esa era mala señal, un suspiro de pesadez salió del hombre de barba.

-bien, bien, solo dame un segundo- respondió resignado, hacia ocho días que no veía al rubio y no tenia ganas de discutir con él de ninguna manera.

-¿que haces?-

-busco información sobre alguien- dijo mientras, finalmente, guardaba los documentos hallados y apagaba todo lo que había estado ocupando.

-¿alguien? ¿Acaso tiene que ver con que llamaras a tus agentes?- una leve preocupación se escucho en su voz, eso era justo lo que el pelinegro no quería que pasara ¿es que esa casa nadie conocía lo que era la privacidad?

-¿Pepper o Peter? - pregunto cruzado de brazos con un semblante de gran seriedad

-Tony, sabes que yo...-

-Peter, hasta cierto punto es agradable ver que no sabe mentir pero...- tomando el punte de su nariz con dos de sus dedos, termino negando con su cabeza, estaba feliz de saber que su hijo no podría mentirles de ninguna manera, pero había ocasiones como esa en las que definitivamente deseaba que el castaño aprendiera a guardar secretos.

ViveWhere stories live. Discover now