IGNITER. The prince's version (Skaði)

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La semana pasó a una sorprendente velocidad. En tan solo un solo abrir y cerrar de ojos cuando menos cuenta me di, toda ésta agitación estaba a punto de acabar.

Un día me tomé las molestias de charlar con el Teniente Luka Charmin, quien es primo del Rey Reagan, y le pregunté acerca de su querida sobrina como para oír la opinión de un pariente que no fuera Benjamin o su padre, pero lo único que pudo decirme de ella es que es una chica "diferente" a las demás. Su información no me sirvió de nada ya que obviamente he notado que es totalmente diferente a las demás. Todas las princesas podrán ser estúpidas pero por lo menos son más amables y amistosas a la hora de charlar y comportarse amistosamente con los demás a diferencia de Colder quien a duras penas consigue mantener una sonrisa en su rostro cada ves que debe hablar con alguien. No sabría decir si eso me agrada o me desagrada. No me atrevo a cuestionar las reglas del protocolo y por eso que intento convencerme de que es algo malo. ¡Por mi corona! Esto está resultando ser un poco más complicado de lo que esperé...

Estaba preparándome dentro de mis aposentos para la última cena que nos queda celebrar por nuestro compromiso y por alguna estúpida razón vuelvo a sentirme nervioso e incómodo. Ya no tengo excusas ni a nadie con quien charlar para evitar dirigirle la palabra así que haré mi mayor esfuerzo por evitar mi inutilidad. ¿Qué Rey teme a hablar con su Reina? Necio irracional. Cómo pretendo exigirle educación y respeto si ni siquiera puedo decirle un simple cumplido como "Luces radiante, princesa" o "Que agradable verte" y esas tonterías cursis que estoy obligado a decir por cortesía.

— Luces perfecto cariño.

Oí la voz de mi madre quien acababa de entrar en la habitación, y yo di un largo suspiro agotado. Me siento frustrado de sólo pensar y practicar una simple frase que compartir con mi prometida durante ésta noche.

—Permíteme que te acomode esto –insistió en arreglar mi camisa y yo la dejé. Mi única ayuda en éste lugar es ella y espero que éste mes pase volando porque no veo las horas de volver a mi hogar. No soporto el frío y apenas han pasado 6 días...

— Madre... –tomé sus manos para detenerla por un momento e hice un corto silencio para pensar bien mis palabras– ¿Qué sucederá si no consigo dominarla? He oído y visto tanto de ella que siento que me siento frustrado sin siquiera haberlo intentado...

— ¿Cómo puedes decir eso, Harold? –elevó un poco la voz sintiéndose muy disgustada conmigo. Por lo visto no escogí las palabras correctas porque no sonó nada bien– Ella es una Princesa, no un objeto, y me sorprende que esas palabras hayan venido de ti. No recuerdo haberte enseñado a tener ese pensamiento tan ofensivo.

— Por supuesto que no madre, no fue mi intención ser tan tosco al hablar es solo que... Ella no ha resultado ser lo que yo esperaba.

— ¿Cómo puedes decir eso si apenas has llegado a intercambiar un par de palabras con ella?

— El mismo Rey y su hermano Benjamin me han dicho mucho sobre ella, además la he estado observando durante la semana y es tal cual como ellos dijeron, seria, antipática, reservada, orgullosa y bastante rebelde. La primera noche luego del baile se retiró y no la volví a ver cuando debería estar conmigo o los demás invitados.

— Ella no se había retirado del baile, su madre la Reina la convocó para que ayudara a su hermano en socorrer a Lady LeGume quien inesperadamente sufrió un ataque de hipotermia –abrí la boca pero no tenía palabras para excusarme– Luego de eso, dedicó gran parte de su tiempo para platicar con el Mayor Mason y su esposa quien hace poco tiempo logró recuperarse de una terrible recaída pero, a pesar de que aún debía guardar reposo por unos días, decidió venir solo para felicitarla. Colder tuvo consideración por ella y la acompañó a su habitación para que descansara. Me siento muy decepcionada de ti Harold.