Prólogo

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Catorce años atrás....

-¡Anna, cariño, date prisa se nos hace tarde!- grito mamá desde la
sala.

-¡Ya voy mami!- le contesté desde mi habitación.

Estaba arreglando una pequeña maletita para irme con mi mamá, íbamos a visitar a su amiga Alice que estaba un poco enferma y a mamá le gustaba mucho ir a hablar con ella, papá no iba con nosotras porque tenía una reunión en su empresa. Mientras tanto, yo estaba metiendo unos juguetes para jugar con el hijo de la tia Alice, Axel, me parecia un niño muy lindo pero siempre me ignoraba mientras yo sólo me quedaba esperando a que mi mamá me dijera que nos fuéramos.
Termine de guardar los juguetes y baje.

-Listo mami, ya estoy lista, ¿nos vamos?- le dije mientras ella guardaba unas cosas en el maletero.

-Si hija, sube al auto- me dijo cerrando el maletero y subiendo junto conmigo.

El viaje de Ohio a Michigan, estuvo bien, ningún tipo de accidente o problemas con el tráfico, todo bien, ya íbamos casi llegando a la casa de tia Alice cuando me pico la curiosidad de que tipo de enfermedad tenía la tia Alice así que le pregunté a mamá.

-Mami, ¿que enfermedad tiene la tia?

-Tiene Leucemia Any- a mamá le gustaba mucho decirme Any.

-¿Que es eso mami?- le pregunté colocandome la mano en la barbilla, como si tuviera mucho interés en el tema.

-Más adelante sabrás que eso hija- pero yo no quede conforme con eso.

-¿Tia Alice morirá?- le pregunté con tristeza.

-Tal vez hija, tal vez....

Llegamos a la casa de la tia y nos bajamos del auto, bajamos mi maletita de juguetes, y mamá bajo una canasta con comida para la tia. Nos acercamos a la puerta y mamá la golpeó dos veces, hasta que está se abrió dejando ver a la tía, ella se veía muy feliz, pero algo me extraño, no vi a Axel.

-Hola tia, ¿como estás?- le pregunte dándole un abrazo y un beso en la mejilla.

-Hola muñequita linda, estoy muy bien- respondió devolviendome el abrazo.

-Hola Kari, ¿Y Gab?

-Hola Alice, se quedó trabajando, ya sabes, asuntos de la empresa- le respondió mamá.

-Bueno, pasen están en su casa.

-Any, quédate en el salón, la tia Alice y yo subiremos a su habitación, juega con tus juguetes- me dijo mamá dándome la maletita de juguetes.

-Está bien mami, me quedaré aquí.

Vi como mi tia y mamá subían las escaleras, saque mis juguetes y me quede jugando mientras veía la televisión.
Al rato me aburrí de jugar, apague la televisión, y escuché un sonido de piano que venía de la segunda planta de la casa, subí con algo de cuidado, trataba de guiarme por el sonido del piano, cuando llegue a una puerta entre abierta, lo vi, Axel estaba tocando el piano al ritmo de Say Something mientras la cantaba, su voz era tan melodiosa, era hermosa, como era posible que tan sólo con 5 años toque el piano tan perfectamente, fui a abrir la puerta y en estaba el gato de Axel, Gus, sin querer le pisé la cola y este me aruño, yo grité lo que hizo que Axel dejará de tocar el piano, se levantó, recogió a Gus del piso y me cerró la puerta en mi cara.

En ese momento, no sólo nació mi miedo por los gatos, también nació mi amor por el, y por su hermosa voz....

RecordándoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora