Horrendo

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Las personas, somos horrendas.
¿No lo sabían?
Bueno... aprendan.
Somos horribles.
Somos espantosos.
Somos desastrosos.
¿Y saben que más somos?
Eso. Humanos. Sensibles que se cubren por capas y capas de armadura que no protegen nada.
Que si se dejan llevar terminan heridos. ¿Y saben que? Somos tan sensibles que una herida sentimental afecta más que una herida de bala. Las palabras duelen más que los golpes. Y se puede morir desde adentro y no demostrarlo para afuera.
El
amor
es
una
de
esas cosas.
Que no nos gusta mostrar a cualquiera.
Porque si lo mostramos a la persona incorrecta. Seria...
¡Peor que una herida de bala!
Peor que una muerte lenta.
El amor para las personas es esencial.
¡Sin el no hay sentido!
Se deben preguntar... ¿como puedes vivir con algo que lastima constantemente?
Bueno... somos masoquistas. Nos gusta caer en la misma trampa más de mil veces y creer que la próxima sera la vencida.
¡Que tercos somos, que molestos, que ilusos!
Somos muchas cosas.
Lo que nos diferencia los unos a los otros es que algunos usan la armadura de metal, otros de hierro y otros... (creo que de adamantiun) porque actúan como si no sintieran nada como si nada les afectará.

Yo... también tengo armadura.
Mi armadura es simple, la mía está hecha de lata. No protege. Por eso yo me caigo y me hiero de gravedad.

Si todos nos sacáramos la armadura nada tendría sentido para las personas. Para si... sería cómico. Por el simple hecho de ver a quien parecía ser el mejor ser nada más y nada menos igual o peor que tú o que yo.
Personas.
Somos
horribles.
Somos
Monstruosos.
Somos eso...
Somos hombres.
Humanos.
Y es molesto lo se. Pero hay que acéptarlo.

Vomitando ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora