Althooren y Anargyros

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El eco del mar golpeando con furia los costados del acantilado subía hasta Barenker junto con el aullido del viento, un paso en falso podría terminar en un descenso sin retorno en una trampa mortal, por unos segundos el guerrero respiro profundamente, su respiración era jadeante, su hombro izquierdo todavía sangraba y él estaba seguro de que jamás podría caminar sin cojear, pero habían ganado, luego de años en guerra habían conseguido conquistar al rey demonio y a sus campeones para retornarle el trono al legitimo rey. Su espada traqueteo cuando cayó al suelo mientras el elevaba sus brazos al cielo agradeciendo a los dioses por la victoria y la vida de sus hombres

Pero en cuanto el nombre de los dioses escapo de sus labios una risilla oscura hizo eco a través del campo de batalla, algunos de los guerreros caídos se estaban poniendo de pie al tiempo que cargaban contra los supervivientes del combate, el grito de poseídos y engendros se escuchó sobre los acantilados, pero eso no preocupaba a Barenker, lo que lo preocupaba eran las runas rojas que comenzaron a brillar sobre la oscura piel del campeón caído mientras este cargaba contra su compañero Althooren, vio como este levantaba sus manos intentando conjurar un escudo pero sus brazos se movían demasiado lento para llegar a completarlo, sin pensarlo pateo al mago detrás de las piernas consiguiendo que la cosa que antes fuera un hombre chocara contra el en su lugar

Barenker había recibido sufrientes heridas mortales en su vida, pero ningún dolor pasado fue comparable con calor abrazador que exploto en su pecho, no solo se sentía como si sus costillas hubieran sido convertidas en polvo, sino que en cada lugar que la cosa hizo contacto con su piel un calador abrazador quemaba su piel como si la bestia estuviera bañada en los fuegos del mismo infierno, a través de dientes apretados vio como la cosa se preparaba para volverse contra Althooren, sin pensarlo dos veces sus brazos se enlazaron alrededor de la criatura evitando que esta se moviera. Un inconmensurable dolor surgió de sus brazos, pero el resistió al mismo tiempo que lentamente comenzó a caminar hacia el abismo

Con tristeza vio como Althooren entendió su plan a medida que el abismo se acercaba más y más, ambos sabían que si esta cosa quedaba libre desencadenaría una explosión que se llevaría con ella los pocos supervivientes que quedaban, y Barenker no podría, no dejaría que eso sucediera. Él podía sentir el viento ganando fuerza en su espalda y en el mismo momento que Althooren intentaba ponerse de pie para detenerlo sus pies encontraron el vacío, dedicándole una última sonrisa a aquel que había sido su más leal compañero Barenker, campeón del reino, se abalanzo al vacío. Él podía escuchar como el mago gritaba su nombre por sobre el rugido del viento, pero eso ya no importaba, el riesgo más grande estaba cayendo junto con él en el vacío, sus hombres iban a estar a salvo, pero más importante Althooren estaría a salvo. Fue con una sonrisa de satisfacción que las llamas destruyeron el cuero de Barenker cuando la bestia exploto

Una rabia sobrenatural poseyó a Althooren cuando vio a Barenker desaparecer en aquella masa rugiente de fuego, por un largo tiempo ellos habían estado juntos, ellos habían peleado juntos para frenar el avance del rey falso, compartiendo penas y alegrías y ahora que finalmente habían alcanzado la victoria ese bastardo había destruido la única posibilidad de felicidad que tenían. Fue en una niebla de ira y dolor que él se volvió para hacer frente a lo que quedaba de los combatientes, poder mágico puro e indómito bailaba en la punta de los dedos del mago mientras este convertía cualquier cosa que se moviera en ceniza, incluso compañeros leales fueron destruidos en el frenesí de magia del mago, cuando ya no le quedaban más energías fue que el cayo de rodillas, lagrimas amargas corriendo por su rostro.

Un aura sombría rodeaba a Althooren, hoy se cumplirían 1600 años desde la muerte de Barenker y aunque el tiempo había reducido la mayor parte del dolor este siempre volvía con una fuerza renovada en el aniversario de su muerte. Era verdad que habían conseguido conquistar al rey demonio permitiendo que los pueblos fueran libres de nuevo, pero el precio había sido demasiado alto según Althooren, tantos años que pudo haber disfrutado con Barenker perdidos. Con un suspiro fue que se sentó en un apartado del café que había abierto hace poco cerca de su casa, su atención se encontraba en otro lugar pues nunca se dio cuenta de que ya lo estaban atendiendo hasta que un traqueteo y una maldición hicieron eco junto a el

Una ceja de incredulidad fue levantada ante el joven mesero (lo cual era una gran concesión siendo que el joven apenas se veía como un mayor de edad) que había desparramado el contenido de su copa sobre la mesa, sus labios dibujaron una sonrisa apática fue dirigida al murmullo que el joven intento pasar como disculpa por el error antes de desaparecer detrás de la barra en búsqueda de una nueva taza, Novatos, Althooren pensó de manera sarcástica mientras que usaba su servilleta para evitar el café de llegar al borde de la mesa y el joven volvía con una nueva taza.

Un pequeño bufido escapo de los labios del hombre ante la cabeza gacha del chico mientras se seguía disculpando "sabes..." dijo con pereza "Se considera descortés no mirara a alguien a la cara cuando te disculpas" la ligera sonrisa que estaba acompañando sus palabras desapareció en el momento que el joven lo miro directo a los ojos. Encajada en medio de algunos coloridos mechones estaba un rostro que el juraba jamás podría volver a ver, claro que había algunos pequeños cambios aquí y allí (como la colección de piercings que decoraban sus orejas y el pequeño rubor era adorable) pero el sería capaz de reconocer los ojos de Barenker en cualquier lugar, claro que el chico era mucho más joven de lo que el recordaba a su compañero, pero podía imaginarlo perfectamente usando la armadura de combate del campeón rebelde

"Cuál es tu nombre?" pregunto solo para darse cuenta de que le estaba hablando al aire, aparentemente el joven había desparecido para atender a los demás clientes y ahora se encontraba detrás de la barra, el tomo su taza percatándose por el rabillo de su ojo de como el muchacho mantenía su mirada en el. Un sorbo tentativo de la copa casi lo hace escupir, el café estaba frio, se habían usado demasiados granos y estos habían sido demasiado tostados. Era fácil de adivinar que esta era la primera vez que el chico preparaba este tipo de granos, así que reuniendo su coraje Althooren vacío la copa de un solo trago

Cuando le señalo al chico que le trajera su cuenta se sorprendió al ver como un rubor crecía en las mejillas del joven con cada paso que lo acercaba a él, un sonrisa se dibujó en sus labios ante la idea del gran y poderoso Barenker ruborizándose "No tienes que estar tan nervioso, cualquiera puede cometer un error" dijo con lo que esperaba fuera un tono tranquilizador solo para conseguir que el otro se sonrojara con más fuerza "Aunque me encantaría saber el nombre de quien me está atendiendo" algo casi inentendible fue murmurado en una voz baja haciendo generando una pequeña risa por parte de Althooren y un ceño fruncido por parte del mesero "es un nombre bastante peculiar, no lo crees Anargyros?" lo que solo consiguió que el otro gimoteara pidiendo ser llamado cualquier cosa menos eso

Fue con una sonrisa que Althooren salió del café, de repente el día ya no se sentía tan sombrío 

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2017 ⏰

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