Habían pasado horas y el cielo ya estaba oscureciendo cuando me levanté del sofá para estirar mis piernas y caminar por el exterior.

Aire fresco de la ciudad contaminada, el mismo que podía respirar desde casa, pero se sentía distinto por la altura, tal vez se sentía distinto por algo más.

Escuché el sonido de un cerrillo ser encendido, al dirigir la mirada encontré a Chanyeol agitándolo en el aire para apagarlo y entonces darle una calada a su cigarrillo.

—¿Quieres?

—No... gracias.

—No fumas, tampoco bebes, pero a él si le aceptaste más de una cerveza.

Expresó con ligera ironía que por supuesto no dejé pasar por alto.

Me di la vuelta y caminé hasta quedar frente a él, claro que su altura era una desventaja para mí, sin embargo, eso no significaba que me sintiera intimidado en lo absoluto. Cogí el cigarro de sus labios y lo metí en mi boca.

Le di una calada, claro que no fumaba, comprar cigarrillos era caro y robárselos a mi madre cuando era más joven era ya difícil de hacer, sin embargo, sabía hacerlo.

Su mano con el doble de tamaño, fría, firme, lo tomó de vuelta y lo dejó reposar entre sus labios. Sin apartar la mirada de mí, sin parpadear, creo que hasta ese entonces sí me sentí un poquito intimidado.

¿eso fue un beso indirecto?

¿eso fue un beso indirecto?

Rất tiếc! Hình ảnh này không tuân theo hướng dẫn nội dung. Để tiếp tục đăng tải, vui lòng xóa hoặc tải lên một hình ảnh khác.

Baekhyun puso una cara de miedo cuando escuchó a Chanyeol ofreciéndose a llevarme a casa, yo no necesitaba a nadie para llevarme, pero la cosa era que ambos estábamos de camino.

Era inevitable ir por la misma ruta.

¿Estaba celoso? Oh, wow.

No, claro que no, ellos tenían un asunto que yo ignoraba, pero estaba en medio de ello y eso lo hacía realmente incómodo.

Así que mientras caminábamos, uno a gran distancia del otro, bajo el cielo nocturno, pude notar que no sentía frío en absoluto.

Era una cálida noche, mis pasos se sentían ligeros quizás por el poco alcohol que aún tenía en el organismo. Quizás porque Chanyeol seguía siendo una cómoda compañía.

Nos detuvimos en una tienda de conveniencia cerca del parque donde lo encontré por casualidad en aquella ocasión, compró un par de paletas heladas que comimos sentados en la acera.

Un silencio que no era desagradable, no supe cómo, ni de qué modo terminé mirando una película en el sofá de su departamento, bebiendo jugo de manzana mientras un hombre afroamericano trataba de huir de sus captores.

Hicimos teorías y nos perturbamos un par de veces entre risas.

Nunca la había pasado tan bien.

Friends of TherapyNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ