Catorce.

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Los padres de Harry habían salido demasiado temprano junto con su hija pequeña Lux a conocer más la ciudad, la cuenta regresiva cada vez estaba más cerca y bien lo sabía Harry y Danie, la castaña se encontraba apreciando la vista que le ofrecía el balcón desde la habitación de Harry, y si, la chica luego del incidente de la pelota que golpeo el ojo de Harry, acompaño al chico hasta su hotel para ponerle una compresa de hielo además de unas pequeñas pomadas para disminuir la hinchazón, luego de eso se quedaron conversando hasta las tres de la mañana y como el chico es terco, no quiso dejar ir a Danie a esa hora de la madrugada por lo que se quedaron ambos dormidos en la misma cama abrazados.

Mientras Harry dormía, Danie se puso a pensar que iba a ser después de que él se fuera, si bien ella sabía que también se acercaba el fin de sus vacaciones de primavera, simplemente se había acostumbrado a ver a Harry todos los días, pero se tenía que volver a acostumbrar a la vida que tenía antes de conocerlo, una rutina aburrida que constaba de ir a su universidad, estudiar, irse a su residencia y así sucesivamente hasta sus próximas vacaciones.

Sintió unos brazos rodearla por la cintura, sonrió de inmediato al sentir un beso en la mejilla por parte del chico, tomo sus manos, entrelazándolas.

—   Buenos Días – dice Harry roncamente debido a que venía recién despertando.

—   Buenos días – le responde Danie - ¿Cómo dormiste?

—   Demasiado bien. – responde besando nuevamente la mejilla de la chica. - ¿Tu?

—   Demasiado cómoda. – suelta una risita

—   Las camas de los hoteles son muy suaves y demasiado relajantes.

—   Concuerdo contigo. – dice ella y se gira para mirarlo. - ¿Harry?

—   ¿Qué pasa? – pregunta curioso.

—   Se me ocurrió una idea un poco loca. – hace una mueca, Harry ladea su cabeza aun confundido.

—   ¿Cuál?

—   ¿Qué te parece si pido un intercambio de seis meses a Londres? – se muerde el labio nerviosa.

El chico abrió sus ojos sorprendido, esa pregunta si que lo había dejado sin palabras.

—   ¿Cuándo se te ocurrió esa idea?

—   Ahora

—   ¿Ahora? – pregunta mirándola.

—   Estaba pensando en cómo sería mi vida luego de que tú te fueras y todo se resumió a una palabra, aburrida. – se pone un mechón de su pelo detrás de la oreja. – El punto es que se me ocurrió esa locura de ir a Londres y estudiar las mismas materias de mi carrera allá.

—   Me encantaría, pero ¿eso no se solicita con anticipación?

—   Tienes razón – dice desanimada. – Creo que me quedare en Nueva York.

—   Pero. – Harry levanta su dedo índice. – Puedes ir a visitarme cada vez que quieras, como sea yo me prometí volver pronto. – trata de animarla.

—   Puede ser. – trato de sonreír Danie.

—   Además, hablaremos por Skype, horas y horas que nadie podrá separarnos de nuestra pequeña burbuja. – dice el sonriendo - ¡Vamos! Relájame esa sonrisa que tanto me gusta.

La chica sonríe.

—   ¡Así me gusta! – exclama alegre Harry. - ¿Qué te parece, si tu vuelves a la cama, yo ordeno el desayuno y lo tomamos en la cama viendo una película?

Ever Since New York  ⇢h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora