Parte 51

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PENÉLOPE NO PUDO TERMINAR DE ESCRIBIR LA CARTA CUANDO LLAMARON A SU PUERTA, pidiendo que se presentara en la reunión que pronto daría inicio en el comedor de la mansión; pero ella no quería estar ahí, ella no quería escuchar los planes de aquel ser tan despreciable que buscaba crear un nuevo orden de gobierno, donde todas las personas eran insignificantes ante quienes habían logrado permanecer entre un círculo social elevado.

Espero que el fwooper llegara para mandarle la carta a sus amigos, esperando que no se preocuparan por ella al ver que todas sus cartas eran inconclusas y no les decía en donde se encontraba, solo les pedía que se cuidaran y que podían encontrar el refugio que necesitaran con ella; pero ella sabía que los gemelos Weasley eran personas valientes y lo demostraban con sus artículos de broma y de defensa contra algunos hechizos obscuros.

Una vez que escucho que todos los invitados habían tomado su puesto en el comedor, salió de la mansión para poder pasearse en los descuidados jardines de aquella obscura mansión; había decidido portar un vestido rojo, algo que llamara la atención y simbolizara su rebeldía ante quienes estaban viviendo en aquel lugar.

—Si los jardines estuvieran cuidados, la mansión no se vería tan tétrica— hablo para sí misma mientras con un hechizo lograba que algunas plantas recuperaran su encanto natural —Al menos sé que Draco apreciara mi esfuerzo al portar algo de color y arreglar los jardines de su madre.

—No es adecuado que una princesa esté sola en estos momentos, sobre todo cuando hay una reunión adentro de la mansión Malfoy.

—Severus— se giró rápidamente al sentir la presencia del nuevo director —Me has asustado.

—No quería interrumpir su conversación privada— hablo nuevamente arrastrando su voz, como normalmente lo hacía —Pero tenía entendido que usted nos estaría acompañando para poder organizar nuestro próximo ataque al joven Potter.

—Mi presencia no es tan requerida en este tipo de reuniones como la suya— le respondió jugando las mangas de su vestido de manera nerviosa —Y no hay que olvidar que no me gusta formar parte de aquellas reuniones.

—Su propia naturaleza le impide formar parte de algo que pueda afectar a otro ser mágico.

—Debería entrar— le comento mientras le hacía una pequeña seña a la mansión —He escuchado que esta tarde ha llegado más enfadado que los días anteriores— el profesor solo hizo una mueca extraña para girarse y entrar a la mansión, dispuesto a dar información verídica según los planes de quien en algún momento fue el mejor director de todo Hogwarts.

Sofía decidido sentarse en una de las tantas bancas que estaban en los jardines para tomar un respiro, el ambiente era muy tenso cuando alguien era torturado dentro de esas paredes y cuando sabía que alguien iba a morir; por más que la princesa intentara cuidar de sus heridas físicas como psicológicas, no podía evitar que una maldición asesina fuera lanzada. ¿Acaso era una mala princesa? No había evitado la guerra, pero si había logrado que varios magos no sufrieran las consecuencias de no ser sangre pura o con las mismas ideologías que aquel mago tenebroso tenía. La noche caía de manera más rápida por las fechas en las que estaban, y desde que la guerra magia había dado inicio, es por eso que no le sorprendió que pronto toda la mansión se viera obscura y veía como poco a poco todos los invitados se retiraban, al menos que no vivieran ahí.

Mientras llegaba a las hermosas puertas de la mansión, observo como un carroñero era regañado por quien era el dueño de la mansión, Lucius Malfoy, y donde Draco evitaba que ella saliera más perjudicada.

—Ella no te las ordenes, aún no es señora de la casa.

—Lo siento señor— contesto agachando la cabeza, esperando no recibir alguna maldición imperdonable.

—No me sorprende que en estos momentos haya podido escapar.

—No me gustaría faltarle el respeto a quien me ha recibido en su linda mansión— alzo la voz para hacerse notar y poder imponer su posición en el mundo mágico —Pero me gustaría aclararle que no estoy obligada a quedarme en este lugar, es decir, no soy una prisionera de su hogar.

—Lo lamento su majestad— agacho su cabeza mientras evitaba temblar, no quería recibir un castigo.

—Lucius, a nuestra invitada debemos tenerle el respeto que merece— dijo el señor tenebroso —Al fin de al cabo, ella es nuestra princesa.

—Si, mi señor.

—Me alegra que estén juntos— les tomo ligeramente la mano a ambos jóvenes para poder unirlas —Su noviazgo me da ternura.

—Muchas gracias por sus lindas palabras— le respondió la princesa de manera firme, sin despegar su mirada de los ojos rojos de aquel mago. Draco observo a todos los que estaban presentes, observo como cada uno estaba listo para defender a su señor si aquella adolescente volvía a contradecirlo.

—Con permiso— se apresuró a decir Draco para llevarse a la princesa a su habitación —¿Por qué no haces caso princesa? — le dijo una vez que llegaron a la recámara, el adolescente aflojaba su corbata como signo de frustración y de miedo.

—¿A quién debería hacer caso? — tomo asiento sobre la cama —No es de la realeza ni mi tutor.

—Por tu bien, no deberías comportarte de esa manera.

—No es mi problema que no pueda escuchar los comentarios diferentes a su forma de pensar.

—Claro que es tu problema— le respondió desacomodando su cabello —En cualquier momento podría matarte y no puedes dejar al mundo sin tu protección.

—No puedo morir por medio de un hechizo Draco— se levantó para tomarle las pálidas mejillas —Sabes que mi naturaleza es diferente a la de cualquier mago, solo puedo morir por vejez o para heredar el reino.

—Aun así, puede hacerte daño.

—Claro que me hace daño Draco— se tapó el rostro con sus manos —Al momento que decidió atacar al mundo mágico e infundirle miedo a quien debo cuidar.

Penélope, sin hacer ruido, empezó a soltar todas las lágrimas que había estado aguantando desde que fue directamente a la guerra; sintió los delgados brazos de su fiancé y sintió mariposas al tenerlo tan cerca, esperaba sentir esa tranquilidad por muchos días más.

Una Princesa en HogwartsWhere stories live. Discover now