—¡Mami! —gritó el pequeño llegando junto a su progenitora, ella se agachó para quedar a la altura de su hijo y poder tomarlo en brazos.

—¿Qué pasa, gatito? —dijo en tono dulce, quitando un par de mechones del rostro del pequeño Kenma.

—Eso. —señaló a lo lejos a su padre que venía corriendo detrás de él; al estar muy cerca de su familia, se detuvo intentando recuperar el aire.

—Kenma… —dijo el más alto con la respiración agitada.

—Oh, Cielo. ¿No te he dicho ya, Ken-chan, que no hagas que tu padre se sobre-esfuerce? —amonestó en tono serio, pero divertido al ver a su marido haciendo un puchero por no haber podido agarrar a su hijo antes.

—Perdón, mami; perdón, papi —se disculpó el más bajito— ¡Pero no me quiero bañar! —puntualizó éste.

—Ken-chan, hoy vendrán visitas desde muy lejos, así que debes estar presentable —recordó el padre del niño.

—¿Y por qué me tengo que bañar yo? ¿Yo les dije que vinieran? —interrogó haciendo un puchero.

—Moo~ Ken-chan —Sakura acomodó al niño que llevaba en brazos para posicionarlo frente a ella—. Son personas importantes... ¿Y no quieres causar una mala impresión, o sí? —habló picándole la mejilla a su hijo.

—Pero- —se quejó éste.

—Hagamos un trato. —Dijo la mayor—. Si vas, te bañas y te portas bien, te dejaré comer todo el pie de manzana que desees, mi pequeño gatito. —sonrió con ternura al ver los ojitos dorados del niño brillar cual estrellas.

—¡Lo haré! —respondió entusiasmado.

—¡Ese es mi bebé! —besó con afecto la mejilla de su niño y le pasó a su retoño justo en los brazos de su padre.

—Bien, gatito. Vamos al baño —lanzó al aire al pequeño y lo volvió a atrapar haciéndolo reír al igual que a su madre.

—Yo iré a ver que todo esté en orden. —dicho esto, la familia Kozume ingresa a la residencia, todos juntos.

*Unas horas después...*

—Sakura-san —saludó una voz conocida para la mayor.

—Koushi —devolvió el saludo al girarse y ver a su amigo de la infancia pasar por la puerta de la cocina, lugar donde la señora de la casa se aseguraba que todo estuviera marchando bien.

—Ya te dije que dejes el “san” —protestó.

—Hahaha, perdón —se disculpó—. Veo que están ajetreados —comentó paseando su vista por todo el lugar.

—Sí, bueno, vendrá a cenar la-

—¡Tía! —gritó una chillona voz, al mismo tiempo, un pequeño niño de cabellos color sol apareció detrás del peli-ceniza.

—Sho-chan —saludó la mujer agachándose y recibiendo al pequeñito en sus brazos.

—Shoyo, ¿qué te he dicho sobre llamarla de esa manera? —reprochó el oji-marrón.

—Perdón~ —se disculpó el niño haciendo un puchero.

—Oh, vamos, Koushi. ¡Que él me diga como quiera! —abrazó al pequeño—. Mi ahijado tiene todo el privilegio —le dio una cálida sonrisa al niño.

—¡Tía! —volvió a decir y abrazó a la peli-negra.

—Realmente ustedes dos~ —Suga rio al ver la escena frente a él, que era demasiado tierna.

Casado con... ¡¿El futuro rey?! |KUROKEN|Where stories live. Discover now