volviste

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-¿Qué pasa con ese chico? ¿Por qué no ha vuelto? ¿Será que ya no quiere verme?- eran preguntas que habían atormentado a Alice hace ya casi una semana, había vuelto todos los días a Azura desde que habían salido y él no aparecía

-¿pero porque me extraña?, seguro tiene cosas más interesantes que hacer que salir conmigo- se dijo camino a la librería, luego de que por fin pudiera salir del trabajo después de ser un larguísimo viernes.

Cuando Alice entro, como lo esperaba, Williams no estaba, solo estaba Phill y otro chico al que alguna vez había visto por ahí, así que triste pero tratando de que no se notara, se sentó con su nuevo libro en una mesa junto a la ventana apartada de la vista...

-¿Qué hago con esa chica?, no es posible que me confunda tanto menos a mi edad y siendo quien soy, es solo una....humana- pensaba una y otra vez Will sentado en su silla favorita en la biblioteca del apartamento, que hoy más que nunca le parecía desierto y sosegado –a quién engaño no puedo dejar de verla, pero debo ser discreto, no puedo volver acercarme tanto como la otra noche, tengo que pensar como...pero que digo ¡soy un maldito vampiro, puedo seguirla sin que me note!- ya decidido cuando oscurecía tomo las llaves de su coche y se dirigió a Mirage, sabía que la encontraría ahí.

Al llegar, se dio cuenta que no podía solo entrar, él no era alguien que visitara mucho a Phill, amaba la lectura, pero tenía una gran colección en casa, asique se decidió esconderse en un local abandonado que le daba una ubicación perfecta como espía.

Día tras día desde su cita, la observaba entrar y salir de Azura, pero no encontraba el valor para acercarse. A veces la seguía a su casa, solo para asegurarse que llegaba bien, no es tampoco que fuera un estúpido muchacho pervertido aunque haciendo lo que hacía sabía que era precisamente eso lo que parecía. Todos los días veía a su linda chica salir con cara de tristeza de la que ahora también era su librería favorita, preguntándose qué podía ser, estaba seguro que algo la estaba poniendo triste y aunque fuera un maldito egoísta muy en el fondo quería que fuera por extrañarlo pero era tristemente lógico que no, ella tenía una vida donde él no estaba incluido, él solo era un fantasma, un recién aparecido...

Al llegar el viernes, algo oprimía su estómago, sabía que no podía ser hambre ya que había comido, pero aún así no acababa de entender esa percepción extraña alojada en su vientre. Mientras pensaba en ello oculto vigilando la librería, se dio cuenta que Alice como nunca, se sentó junto a la ventana por lo que podía ver cada detalle de su rostro, cada gesto que hacia al leer el libro que sus hermosas manos cargaban. ¿Cómo puede ser tan especial y no darse cuenta?- susurro. Sin pensarlo camino directo a la puerta de la librería, no podía evitarlo, debía volver a sentir su aroma desde cerca, oír su voz, ver aquellos hermosos ojos...

Cuando entro de inmediato Alice noto su presencia. Él saludo a Phill y fue directamente a sentarse junto a ella, ya no le importaba lo que pudiera pensar.

-Hola- dijo Will.

Esa fue la única palabra que salió de su boca sin ser capaz de dejar de ver aquellos ojos

-tengo tu chaqueta-soltó Alice sin pensarlo, la había cargado todos los días

-desde donde yo vengo, es normal saludar con un hola-sonrió

-lo lamento, hola, ¿Cómo estás?- que estúpida otra vez lamentándolo, seguro Will lo notó y por eso sonreía de aquella forma tan sensual.

-bien ¿y tú?-

-bien-dijo algo confundida –pensé que habías vuelto a Italia, como no habías venido por aquí-

Eternamente contigo  (EDITANDO)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon