Perdón vieja amiga

58 10 0
                                    

Hoy la verdad me he despertado con ganas de poder contarte todo lo que me ha sucedido en estos 5 años, todas las experiencias y cosas que he hecho, pero no todas me enorgullecen, he sentido muchas veces en no volver a ti, pero analizando todo lo que has hecho en mi vida solo siendo una máquina de escribir, creo que eres una de las indicadas para decirte todo, mi madre siempre me decía "muchas veces el papel es más fiel que una persona", yo a mis 7 u 8 años no comprendía este dicho que constantemente me decía cuando le escribía un poema, luego a mis 11 años vine a tomarle un sentido a lo mencionado recién, y no puedo creer que tuviera tanta verdad, vine a entender esto de una forma tan dolorosa para mi, y de verdad te pido perdón vieja amiga, confíe en un humano y me falló de la peor manera, quizás te preguntes ¿Qué me habrá pasado?, pero para serte sincero, no me gustaría hablar de esto ya que me pone muy melancólico el simple hecho de recordarlo todo, o al menos recordar su nombre, pero lo haré por ti, ¿bueno?
A mis 11 años conocí una chica de mi colegio, ella se llamaba "Amanda", no iba en mi curso, pero iba en la sala de al lado, ella siempre se situaba en un sector del patio con el grupo más conocido como los "populares", debido a que eran bastante famosos en las redes sociales que en su tiempo era genial ser muy conocido como en "fotolog" o los primeros indicios de "Facebook"
Yo casi siempre me quedaba en mi sala leyendo algún que otro libro o dormía en horario de recreo, hasta que esta chica iba por el pasillo buscando algo, y me vió leyendo "La ladrona de libros" (Personalmente es el mejor libro hasta ahora que he leído) en mi pupitre, acercándose a mi me dijo:
-No puede ser! amo este libro, ¿Es tuyo? - dijo ella de una forma muy alegre y simpática-.
-Bueno, sí - Yo muy frío y casi nula expresión, ya que apenas la conocía-.
-Es demasiado bueno ese libro, la drama que ocurre es buenísima y la conexión tanto a nivel socioeconómico y como a nivel de cultura entre los personajes es magnífica - lo decía con mucha emoción, como si estuviera llorando-.
Quedé algo atónito por la breve reseña que me había dado esta chica, pensaba que era de esas que se la pasaban en su celular o computador pendiente de ser cada vez más conocida, respondiéndole le dije:
-La verdad es que sí, ya me he leído 2 veces este libro por lo bueno que es - En realidad era la primera vez que leía ese libro, pero quería aparentar de que ya me lo había leído, sinceramente no sé por qué le mentí-.
-Así veo, creo que te gustó harto el libro he, te dejó, Ah! casi se me olvidaba, ¿no has visto algún cuaderno por el pasillo?, quería dejarlo en mi casillero con el resto de mis libros, pero parece que me cayó en el transcurso que salía de mi sala con tanta cosa que llevaba en mano.
-Lo siento, no he visto nada.
-Mh, está bien, no importa, gracias de todos modos. Ah! por si acaso, me llamo Amanda, un gusto!
-Igual, he... mi nombre es Thomas, un placer -lo dije en un tono como vendedor de autos-.
-Bueno, hasta luego, un gusto Thomas.
Y así fue como cada recreo me iba a saludar, sacándome un tema diferente del cual hablar cada vez que me iba a ver a mi sala. No sé si lo hacía con algún interés (lo cual lo dudo ya que no habría algún provecho de sacarme de mí), si lo hacía por pena al verme solo en mi sala mientras el resto de los estudiantes salían al patio a correr y gritar o quizás solo quería una charla con alguien al cual compartíamos varias cosas en común, hasta el día de hoy no sé por qué me seguía hablando.
En una ocasión me preguntó si quería que la acompañara al patio, ya que ella quería estar con su grupo, y yo le dije:
-No! -de una forma muy pesada y frío-.
  Creo que eso le quitó un poco las ganas de seguir irme a ver a los recreos, me preguntó en ese mismo momento y me dijo:
-¿Por qué me lo dices de una forma tan brusca? he sido muy amable en venir todos los recreos a hablarte y me tratas a así.
Me quedé callado con ganas de responderle y decirle que nadie la obligaba a venir a verme, pero pensé las cosas y medité, ¿Habrá de verdad otra persona que me venga a ver todos los recreos con el propósito de hablar y sociabilizar?, le respondí:
-Lo siento, no era mi intención responderte de esa manera -Diciéndole de una forma un poco triste-.
-¿Entonces por qué no me quieres acompañar?, tengo amigos que te caerán muy bien -lo dijo de una forma alegre y animadora, tratando de incentivarme a bajar al patio-.
Me quedé callado, claramente no quería bajar, tenía mis razones, las cuales te las explicaré en otra ocasión, debido a que mi madre me está llamando para cenar, seguiré en otro momento esta historia, hasta luego mi querida máquina de escribir.

Pensando en el escape.Where stories live. Discover now